La localidad valenciana de Catarroja ha sido devastada por el desbordamiento del barranco, dejando a los vecinos en estado de shock. La rápida inundación sorprendió a muchos residentes que no esperaban que algo así pudiera ocurrir. Laura, una vecina afectada, describe la escena como desgarradora, con el agua llegando a su calle cuando regresaba a casa.
El martes 29 de octubre, el día en que la DANA golpeó la provincia de Valencia, las calles de Catarroja se convirtieron en ríos. Carles, otro residente, relata cómo él y su familia se vieron sorprendidos por la repentina crecida del barranco, que provocó la rápida inundación de la zona.
La falta de conciencia sobre el potencial peligro del desbordamiento del barranco queda de manifiesto en los testimonios de los residentes. Carles admite que no esperaba que el agua llegara con tanta fuerza y rapidez, arrastrando coches y causando estragos en la localidad.
La noche de la inundación fue caótica para muchos habitantes de Catarroja, que se vieron incomunicados y sin suministros básicos. La magnitud de la catástrofe se hizo evidente al día siguiente, cuando la devastación era evidente en todas partes.
La solidaridad de los vecinos y voluntarios de otras localidades ha sido fundamental en la recuperación de Catarroja. La ayuda de voluntarios que han acudido al municipio ha sido vital para enfrentar la situación de crisis y comenzar las tareas de limpieza y reconstrucción.
La historia de pérdida y resiliencia se repite en cada testimonio de los afectados. Juan, cuyo negocio fue afectado por la inundación, expresa su dolor pero también su determinación por reconstruir lo perdido y seguir adelante.
La tragedia ha sacado a la luz lo mejor de la comunidad, con personas solidarias que han acudido desde otros municipios para ofrecer su ayuda. La imagen de la gente unida en la adversidad resalta la fuerza y la esperanza en medio de la desolación.
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