VALÈNCIA, 2 de noviembre.

El Ayuntamiento de València, a través de su Servicio de Movilidad, ha puesto en marcha un ambicioso plan para optimizar el transporte público en la emblemática avenida de Blasco Ibáñez. Este proyecto incluye la instalación de nueva señalización y una mejora en el control semafórico que tiene como objetivo agilizar la velocidad comercial del servicio de la EMT a lo largo de los 2.900 metros de la avenida, desde General Elio hasta Marí Blas de Lezo.

En la mejora del control semafórico, se están implementando detectores avanzados en cada parada de la EMT. Estos dispositivos son capaces de identificar la llegada de los autobuses y, automáticamente, prolongan el tiempo de luz verde en los semáforos adyacentes, lo que reduce el tiempo de espera para los usuarios del transporte público. El diseño de las fases semafóricas ha sido una colaboración entre el Centro de Gestión de Tráfico y la EMT València, según ha informado el consistorio.

Asimismo, los trabajos de señalización presentan cambios significativos. Un tramo específico de Blasco Ibáñez, comprendido entre la avenida de Aragón y Manuel Candela, contará con elementos separadores que marcarán el espacio destinado al transporte público. En el resto de la avenida, se mantendrá la exclusividad del carril EMT-taxi utilizando únicamente pintura, evitando elementos físicos que pudieran eliminar plazas de aparcamiento en el carril adyacente al autobús. Además, habrá un repintado general de todas las marcas viales y una actualización de la señalización vertical a lo largo de toda la arteria.

Importante destacar es que este conjunto de actuaciones está financiado en un 90% por los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia Next Generation de la Unión Europea, un apoyo significativo que respalda estos esfuerzos de modernización.

El concejal de Movilidad y presidente de la EMT, Jesús Carbonell, ha comentado que estas acciones representan una modificación importante respecto al proyecto original promulgado en la legislatura pasada. Según Carbonell, “esta nueva propuesta responde mejor a las necesidades y deseos de la comunidad, ya que las asociaciones vecinales habían solicitado intervenciones menos drásticas que no generaran la pérdida de plazas de aparcamiento ni la reducción de paradas de autobús”.