Criador de caballos condenado a más de dos décadas de prisión por asesinar a un trabajador en Torrent.
VALÈNCIA, 22 Nov. - La sección quinta de la Audiencia Provincial de Valencia ha impuesto una condena de 20 años y 10 meses de prisión a un empresario dedicado a la cría y venta de caballos por el asesinato de un empleado al que tenía en condiciones de esclavitud y al que vejaba y humillaba constantemente en su finca de Torrent (Valencia).
La sentencia, que puede ser apelada ante la sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia, se basa en el veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular al finalizar el juicio, que tuvo lugar entre los días 7 y 14 de noviembre.
Además de ser condenado por un delito de homicidio con la agravante de abuso de superioridad, castigado con 15 años de prisión, el tribunal impone al acusado un año y diez meses de cárcel por un delito contra la integridad moral, y cuatro años y una multa de 6.000 euros por un delito contra los derechos de los trabajadores.
Además, el acusado deberá pagar una indemnización de 100.000 euros a un hijo biológico de la víctima por los perjuicios personales y los daños morales sufridos.
La magistrada presidenta del tribunal considera probado, según el veredicto del jurado, que el acusado se aprovechó de la necesidad de la víctima, que era un reconocido experto en la doma de caballos y entrenador de jinetes de doma clásica, pero que tenía una inhabilitación civil impuesta por las autoridades portuguesas. A mediados de 2008, el acusado lo contrató sin firmar ningún documento.
A pesar de que inicialmente acordaron un salario de 1.500 euros al mes, el empresario fue reduciéndolo con el tiempo hasta dejarlo en apenas 50 euros a la semana. De hecho, lo sometió a condiciones similares a la esclavitud, obligándolo a trabajar las 24 horas del día durante los siete días de la semana y solo permitiéndole abandonar la finca en su compañía o en compañía de otro trabajador, según la sentencia.
Además, lo insultaba, lo golpeaba con lo que tuviera a mano, incluso con escobas o palos, causándole lesiones que la propia víctima se curaba con un aerosol desinfectante y cicatrizante para caballos. También lo vejaba y humillaba, llegando a ponerle un cartel en el pecho que decía "mentiroso y hijo de puta" o haciéndolo andar de rodillas por la finca si cometía algún error en el cuidado de los caballos.
El 27 de agosto de 2021, después de recriminarle la rotura de una llave de agua en las cuadras, comenzó a agredirlo con un palo, aunque otro empleado que presenció el conflicto los separó. Horas más tarde, el acusado, consciente de que la víctima estaba indefensa y convaleciente por la agresión anterior, continuó golpeándolo con el palo, "sabiendo que con la fuerza empleada le podía causar la muerte".
Cuando regresó del campo, el otro empleado de la finca encontró a la víctima sentada en un banco, balbuceando y echando espuma por la boca, por lo que avisó al empresario, quien lo llevó a un centro hospitalario, aunque ingresó ya fallecido debido a los múltiples traumatismos.
El acusado incluso llegó a afirmar al personal sanitario que la víctima era un vecino al que encontró inconsciente en un campo, proporcionando información falsa para su identificación.
La magistrada presidenta del tribunal del jurado justifica la pena impuesta al acusado por el homicidio, la más alta posible por el delito, debido a la conducta "verdaderamente cruel, agresiva y abusiva" que mostró hacia la víctima.
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