Crónica Valencia.

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Delfines acuden de forma constante a las costas de Peñíscola y Alcossebre, según el Medio Ambiente.

Delfines acuden de forma constante a las costas de Peñíscola y Alcossebre, según el Medio Ambiente.

CASTELLÓ 22 de septiembre.

Recientemente, la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio ha reportado un incremento en los avistamientos de delfines mulares (Tursiops truncatus) en las aguas de la Reserva Natural Marina de la Serra d'Irta, situada entre las localidades de Peñíscola y Alcossebre.

El secretario autonómico de Medio Ambiente y Territorio, Raúl Mérida, ha indicado que este cetáceo, conocido en la región como marroc, parece tener una población relativamente estable en esta zona litoral, tal como sugieren diversos estudios realizados hasta la fecha.

Los delfines mulares cuentan con un estatus de protección bajo normativas internacionales, como lo establece la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), así como en los convenios de Berna y Barcelona. La legislación europea, a través de la Directiva Hábitats, garantiza su protección, categorizándolos como especies vulnerables en el Catálogo Español de Especies Amenazadas debido a las diversas amenazas que enfrentan.

A lo largo de este año, y siguiendo una práctica habitual, el personal del parque natural, incluidos los guardacostas que patrullan los Espacios Naturales Protegidos Marinos de la Comunidad Valenciana, se ha dedicado a recolectar tanto los datos de sus observaciones como los informes enviados por residentes locales que tienen contacto con esta área marina.

Mérida subrayó que "toda la información recopilada por los técnicos de la Conselleria es fundamental para elaborar informes sobre la actividad de esta especie en su hábitat natural". Este trabajo se considera crucial para el seguimiento y la evolución del delfín mular que está bajo protección.

De manera similar a otras regiones de la Comunitat Valenciana, en el área de Irta es común que los delfines interactúen con las pesquerías artesanales, ya que se alimentan tanto de los peces que encuentran en la zona como de los que quedan atrapados en las redes, ocasionando daños a las mismas al intentar capturarlos.

Los avistamientos en alta mar de estos majestuosos animales, que pueden alcanzar más de 300 kilos de peso, son descritos como “mágicos” por Mérida. Asimismo, enfatizó que “es fundamental mantener una distancia prudente, navegar a una velocidad moderada y seguir un rumbo paralelo a ellos para evitar cualquier impacto negativo en su comportamiento”.