ALICANTE, 4 Jul.
La Policía Nacional ha detenido en Alicante al dueño de una compañía de instalación de aire acondicionado por presuntamente procurar esconder el incidente laboral de un usado a quien no tenía dado de alta en la Seguridad Popular. También fué detenida su pareja por capturar a trabajadores extranjeros para pagarles un paupérrimo salario de 30 euros diarios por su situación irregular.
La víctima, de 22 años, trabajaba sin estar dado de alta en la compañía, donde llevaba a cabo jornadas de hasta nueve horas del día a día, de lunes a viernes. También trabajaba ciertos sábados y en suma percibía 180 euros por semana, comunica Jefatura.
Un día, mientras que estaba solo instalando conductos de aire acondicionado en un taller cerrado al público, a tres metros de altura subido a una escalera, el joven padeció una caída que logró que su cuerpo impactara contra el suelo sobre la misma escalera. Esto le causó fractura vertebral con lesión medular.
Comenzó a vocear pidiendo auxilio y minutos después llegó su jefe, quien le asistió a incorporarse para trasladarle en su furgoneta al hospital. Sin embargo, como no podía caminar, debió cogerle en brazos para introducirle en el vehículo.
Fue entonces en el momento en que persuadió a su usado a fin de que a la llegada al hospital afirmase que se había caído en su hogar mientras que colgaba un TV, ya que si no lo hacía de esta forma podría tener inconvenientes con extranjería. Para ello, antes de ir al hospital logró que fuesen al residencia del accidentado a agarrar su pasaporte.
La víctima contó a los sanitarios la versión de su jefe, quien más tarde llamó al compañero de piso del trabajador para informarle del incidente. El compañero asimismo recibió una llamada del hospital para informarle que su amigo se encontraba grave y que lo debían intervenir de urgencia.
Cuando llegó al hospital le afirmaron que debía abonar los costos sanitarios, con lo que llamó al jefe de su amigo y este le mencionó que ahora se encontraba todo hablado, que se haría cargo de todo y que iría en 2 horas. No obstante, no se llegó a enseñar en ningún instante y desapareció, lo que logró que la víctima en el final contara a su amigo la genuina versión de los hechos y le solicitara llamar a la Policía.
Tras conseguir todos y cada uno de los datos, los agentes concluyeron que el empresario y su pareja acostumbraban a capturar mediante comunidades a trabajadores extranjeros de su compañía para aprovecharse de su condición irregular para pagarles 30 euros diarios y, con escasa preparación, hacerles trabajar jornadas de hasta nueve horas del día a día, sin ningún género de protección individual de peligros laborales.
Así las cosas, la víctima llevaba haciendo un trabajo solo un par de meses para el detenido, pese a lo que le dejaba solo haciendo instalaciones en sepa de medios de protección laboral. El empresario carecía de cualquier clase de licencia que le faculte para efectuar instalaciones de aparatos de refrigeración.
A los detenidos, un hombre de 40 años y una mujer de 32, se les imputan un delito contra la seguridad de los trabajadores y otro de lesiones graves por imprudencia.