Crónica Valencia.

Crónica Valencia.

El Arzobispo de Valencia presidirá el funeral por la dana junto a párrocos de las áreas damnificadas y obispos.

El Arzobispo de Valencia presidirá el funeral por la dana junto a párrocos de las áreas damnificadas y obispos.

La imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados, un símbolo profundo de la devoción valenciana, exhibirá un manto de color morado como gesto de duelo en memoria de aquellos que perdieron la vida en la reciente tragedia que asoló la región.

Este 9 de diciembre, el Arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, celebrará la misa funeral programada para esta tarde que honrará a las víctimas de la DANA ocurrida el 29 de octubre. En este acto solemne estarán presentes los párrocos de las áreas más afectadas, así como obispos de la diócesis valenciana, el Consejo Episcopal y miembros del Cabildo, como ha sido comunicado oficialmente desde el Arzobispado.

Se anticipa la asistencia de aproximadamente 400 familiares de los difuntos, quienes ocuparán un lugar destacado en la nave central de la Catedral de Valencia durante la ceremonia que dará inicio a las 19 horas. Para facilitar su acceso, se ha dispuesto que los asistentes lleguen mediante transporte organizado por las propias parroquias, utilizando vehículos y un servicio de taxis. Solo se ha requerido la colaboración de un autobús proveniente de Paiporta, dado que el resto de las parroquias han logrado coordinar el traslado con sus recursos disponibles.

El Vicario episcopal, Jesús Corbí, quien coordina áreas como Torrent, Paiporta, Picanya, Catarroja, Alfafar, Silla y otras, ha destacado que se ha establecido un canal de comunicación efectivo con numerosas familias. Aquellos que deseaban participar en la misa han podido registrarse a través de un número de contacto proporcionado por el Arzobispado.

La imagen de la Virgen de los Desamparados fue trasladada en la mañana del mismo día desde la Basílica, ubicándose en el lado derecho del presbiterio. Su manto morado, un símbolo de duelo, también refleja el profundo pesar de la comunidad por la pérdida sufrida.

El evento eucarístico contará con la destacada presencia de Sus Majestades los Reyes de España, así como los alcaldes de las localidades afectadas por las inundaciones, incluyendo a la alcaldesa de València y otras autoridades relevantes como el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y la delegada del Gobierno, entre otros actores clave de la administración regional.

Los Reyes serán recibidos en la entrada principal de la Catedral por el Arzobispo de Valencia y una representación del Cabildo. Las demás autoridades se integrarán por la Porta del Palau, también conocida como Puerta de la Almoina, situada en la Plaza de la Almoina.

La sección central de la Catedral, con capacidad para 700 personas, se destinará como área preferencial para los familiares de las víctimas. Se han añadido 300 sillas adicionales en los laterales de la nave central para asegurar que todos los asistentes puedan estar presentes en este significativo momento.

El inicio de la celebración religiosa estará a cargo de los concelebrantes y de monseñor Benavent, quienes saldrán desde la sacristía. Su acceso se realizará a través de la nave lateral derecha, para posteriormente avanzar por el pasillo central en dirección al presbiterio y dar inicio a la ceremonia.

La Coral catedralicia estará a cargo de la música litúrgica, interpretando las secciones necesarias del ordinario de la misa de difuntos en gregoriano, como el Kyrie, el Sanctus y el Agnus. Además, se interpretarán componentes del Réquiem de Gabriel Fauré durante el introito, ofertorio y comunión. La ceremonia culminará con el Himno de la Coronación de la Virgen de los Desamparados, elevando el espíritu de todos los presentes en un acto de homenaje y recordatorio.

Al finalizar la misa, Sus Majestades los Reyes expresarán su más sentido pésame a las familias de los fallecidos, acompañado de un acto de despedida en el que nuevamente contarán con la presencia del Arzobispo y representantes del Cabildo, reafirmando así el compromiso de la comunidad hacia aquellos que han sufrido pérdidas irreparables.