Un técnico de Imelsa y denunciante de Alquería afirma que se enteró de los 'zombies' "por la prensa" y que supo que los contrataba Benavent
VALÈNCIA, 17 Feb.
El presidente de la Diputación de Valencia, Toni Gaspar, se ha despreocupado de los 'zombies' en la vieja Imelsa, compañía pública donde ocupó el puesto de asesor encargado en el transcurso de un año, en 2012. Ha explicado que en esa época se charlaba de aconsejes pero él no contrató ni firmó a ninguno. Sin embargo, en el momento en que reventó la situacion Imelsa y al comprobar documentación se enteró, para "sorpresa" suya, que tenía asignados 4 aconsejes hasta 2014 "sin saberlo" y en el momento en que por el momento no era ni asesor en la mercantil.
Gaspar ha debido asistir este viernes a declarar a los juzgados, en calidad de testigo, por las piezas B y F del caso Imelsa, que suma 25 acusados, entre ellos el expresidente de la Diputación y del PP Alfonso Rus --quien asimismo fue alcalde de Xàtiva (Valencia), el exsubdelegado del Gobierno en Valencia Rafael Rubio y el exgerente de Imelsa y autodenominado 'yonki del dinero' Marcos Benavent.
Gaspar, testigo propuesto por el ministerio fiscal, ha manifestado que pasó a ser asesor de Imelsa en el momento en que se le nombró representante del conjunto socialista en la Diputación: "Existía una regla no redactada que afirmaba que el representante debía ser el asesor de Divalterra", ha señalado.
Preguntado por si acaso por su cargo de asesor le ofrecieron tener aconsejes, dijo que "se charlaba de aconsejes" pero no ha conocido distinguir entre Diputación y también Imelsa. "Se charlaba siempre y en todo momento de aconsejes por norma general, no hubo distinción. Pero a mí absolutamente nadie vino a ofrecerme nada de aconsejes en Imelsa", ha manifestado.
Así, Gaspar, quien ha puntualizado que por su cargo como asesor se reunían unas un par de veces por año en el Consejo de Administración, ha insistido en que él no nombró a ningún asesor en Imelsa, ni firmó ni procuró "ni nada de nada", aseguró.
"Jamás nombré a ningún asesor y en 2014 tengo asignados, para sorpresa mía, 4 aconsejes, en el momento en que por el momento no era ni integrante del Consejo de Administración pues me habían cesado", ha contado, y ha repetido que se enteró de estos aconsejes tras reventar el trámite y comprobar documentación. "Lo sé por los hechos", dijo. Así, ignoraba que Francisco Cañizares, entre los acusados en el trámite que va a ser juzgado en una parte diferente, le fue asignado como asesor.
Gaspar explicó que Imelsa era un brazo de la Administración y no tenía los mismo controles que la Diputación. También ha remarcado que los consejeros no eran consejeros como en la compañía privada: "Los portavoces debíamos ir ahí de consejeros no pues quisiéramos", ha repetido.
Gaspar ha expuesto que en el momento en que entró como presidente de la Diputación no había aconsejes: "Habían pasado tantas cosas... Entré a causa del cese o dimisión de un presidente --Jorge Rodríguez-- en un instante en el que se ponían en lona de juicio los contratos de alta de dirección".
"Entré --ha añadido-- y de manera directa lo que hacemos es buscar una solución a fin de que la compañía vuelva a lo público. El primordial inconveniente que teníamos era el término de que éramos privados. Y desde ahí es en el momento en que se abre un orificio en Imelsa y había que devolver a la compañía y Divalterra al campo público. Todavía nos encontramos recobrando activos pero la compañía ahora está diluida", ha manifestado.
Por otro lado, en esta día ha proclamado, asimismo como testigo, José Luis Pellicer, entre los denunciantes del caso Alquería y técnico del departamento jurídico de Divalterra, quien ha aseverado que llegó a Imelsa a fines de 2013 y trabajó como técnico en el área jurídica, sin rivalidad en temas de personal.
Ha señalado que se enteró "por la prensa" en 2015 de que había personal contratado en la compañía pública que cobraba y no iba a trabajar. Tras ello, ha aseverado que le llamó a su despacho la exdirectora de Formación y Gestión de Personas de Imelsa, María Escrihuela, y le mencionó que "ciertamente" había trabajadores que no asistían a la compañía, que no tenían funcionalidades, no fichaban y no tenían trabajo.
"Me ha dicho --ha añadido-- que eran aconsejes de personal eventual. Para mí fue algo nuevo. También me mencionó que las contrataciones las ordenaba el gerente, Marcos Benavent", a eso que le respondió --según ha reproducido-- que la compañía no podía tener aconsejes. "No recuerdo qué me contesto", ha aseverado. Sin embargo, Escrihuela, en su declaración en el juicio, aseguró que no advirtió que en Imelsa hubiese trabajadores que no trabajaban: "Si me lo hubiesen comentado, hubiese descuidado mi puesto", declaró.
En relación con el contrato del call center de Imelsa, del que se encargaba Escrihuela, el testigo indicó que la acusada le comentó que había irregularidades y que se proponía denunciar frente a la Fiscalía. "Me quedé asombrado y le dije que si lo tenía claro, que adelante", ha señalado.
Por otro lado, este viernes asimismo ha comparecido como testigo en el juicio José Luis Castellote, otro denunciante de Alquería, que indicó que se incorporó a Imelsa en 2013 y que entre los temas que se ha propuesto en ese instante fue prosperar los sistemas de control en la compañía.
Ha explicado que los controles que estableció en el departamento financiero fueron apoyados por Benavent pero asimismo produjeron algún "marrullo" por la parte de elementos humanos. En estos controles, explicó que se hallaron tiques que daban a conocer que el exgerente --no Benavent-- se gastaba dinero de la compañía en copas, 200 euros", puso como un ejemplo.
Otro de los presentes que ha comparecido este viernes en el juicio fue directivo de Recursos Humanos de Imelsa, entidad a la que llegó en el mes de noviembre de 2015 para ocurrir a María Escrihuela --Benavent ahora había descuidado la mercantil--.
Ha correcto que en el momento en que llegó a la compañía no existía un trámite de mérito y aptitud para llevar a cabo las contrataciones, con lo que debió confeccionarlo y se puso en marcha a inicios de 2016. Además, en ese instante tampoco había una relación de cargos laborales, algo que era "indispensable y demandado por ley", con lo que debieron hacerla.
En relación con la eficacia del personal, el testigo ha señalado que en el momento en que llegó a la compañía ahora habían eliminado esa eficacia y, en todo caso, ha apuntado que exactamente la misma debe poseer en todo momento un soporte documentación sobre la evaluación y la cantidad a retribuir.
Preguntado por si acaso es habitual cobrar una remuneración cambiantes todos y cada uno de los meses, el testigo dijo que "no": "Llevo 30 años en elementos humanos y jamás he visto una remuneración variable por mes". Interpelado por los aconsejes, ha aseverado que en el momento en que llegó por el momento no había: "Comprendo que dejarían de contratarlos pues no era preciso", ha apostillado.