Incautan en Valencia 3,6 toneladas de cocaína camuflada en contenedores marítimos aparentemente desatendidos
La Policía y la Agencia Tributaria han realizado un importante operativo en Vigo y Valencia, donde se han incautado de once toneladas de cocaína en contenedores marítimos. Estas operaciones confirman el aumento del tráfico de drogas protagonizado por organizaciones criminales albanesas que controlan la distribución en Europa desde Colombia y Ecuador.
En Valencia, se han confiscado 3,4 toneladas de cocaína ocultas en dobles fondos de contenedores marítimos bajo el nombre de operación 'Asador/Fulgor'. La organización fingió abandonar los contenedores en el puerto valenciano para despistar a las autoridades.
En total, se han detenido a 20 personas en las dos operaciones, todas ellas vinculadas a organizaciones lideradas por albaneses, con el apoyo de ciudadanos españoles, colombianos y dominicanos.
En el operativo desarrollado en Vigo se han incautado 7,5 toneladas de cocaína, que estaban ocultas entre lomos de atún congelado. Esta es la mayor incautación de droga llevada a cabo en Galicia. Un empresario de origen coruñés, que estaba bajo vigilancia desde 2019, jugó un papel clave en este caso al intentar encubrir la droga en un gran flujo de contenedores por vía marítima.
La investigación sigue en curso, pero los especialistas de la Policía consideran que esta importante incautación de once toneladas de cocaína confirma el dominio de las bandas del Cártel de los Balcanes, en su mayoría de origen albanés.
En la investigación en València, que contó con la colaboración entre fiscalías, se descubrió que un contenedor de carga marítima estaba contaminado con droga en su estructura, ya que habían creado un doble fondo en su interior.
Este contenedor formaba parte de un lote de cuatro que llegaron al puerto a principios del mes de noviembre y que estaban siendo controlados por la Policía. Durante casi 30 días, los contenedores no fueron movidos y se pensó inicialmente que habían sido abandonados. Sin embargo, la organización criminal cambió la empresa destinataria de la mercancía a finales de noviembre.
La nueva empresa solicitó la entrega de los cuatro contenedores, y resultó ser una estructura fraudulenta creada específicamente para simular operaciones de comercio internacional y ocultar envíos de cocaína. El primer contenedor salió del puerto y se trasladó a un descampado en las proximidades de la ciudad, donde permaneció toda la noche bajo vigilancia.
Al día siguiente se despacharon los otros tres contenedores, que también fueron vigilados hasta llegar a un polígono industrial en Xirivella.
El primer contenedor bajo vigilancia fue trasladado a Xirivella, donde se encontraban los destinatarios finales de la mercancía ocultos en un restaurante cercano. Se estacionó el camión y la carga en una nave cercana.
En todo momento, los investigadores notaron que una furgoneta ocupada por un hombre vigilaba el polígono industrial.
Mientras tanto, el resto de la organización criminal se movía por el polígono en tres vehículos, estacionando en distintos puntos y sin perder de vista la nave.
Cuando llegó el segundo contenedor, el mismo hombre que gestionó el estacionamiento del primero coordinó la llegada a la nave. Los miembros de la organización no comenzaron la descarga en ese momento.
Otros miembros de la organización criminal se reunieron en el restaurante para luego dirigirse a la nave. Fue en este momento que las autoridades decidieron intervenir tanto en la nave donde se encontraban los contenedores como en el restaurante, donde estaban los considerados responsables de la organización y los vehículos encargados de vigilar el entorno. Uno de los vehículos intentó escapar a gran velocidad.
Para llevar a cabo el operativo, se contó con la presencia del Grupo de Operaciones Especiales (GOES). En la nave, se descubrió que uno de los contenedores había sido prácticamente vaciado de droga. La cocaína estaba guardada en bolsas de deporte al fondo de la nave, junto a una furgoneta lista para cargar y marcharse.
El segundo contenedor aún no había sido totalmente descargado, por lo que se solicitó la presencia de bomberos para acceder a su doble fondo. También se inspeccionaron los otros dos contenedores del lote para confirmar que no contenían droga.
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