Crónica Valencia.

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Investigación en Cullera: el forense descarta sobredosis en la muerte del anciano vinculada a un sacerdote y su cuidadora.

Investigación en Cullera: el forense descarta sobredosis en la muerte del anciano vinculada a un sacerdote y su cuidadora.

VALÈNCIA, 26 de noviembre.

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Sueca (Valencia) está llevando a cabo una investigación sobre la muerte de un hombre nonagenario en Cullera, ocurrida en agosto de este año. Un informe médico-forense recientemente enviado al tribunal ha revelado que no hay evidencia de que el fallecido sufriera una sobredosis de medicamentos o algún tipo de envenenamiento. Este estudio se basa en el historial médico y los tratamientos que recibió el anciano, quien no fue sometido a una autopsia y fue incinerado tras su fallecimiento.

Según las conclusiones del informe, al que ha tenido acceso Europa Press, se ha remitido ya al juzgado que investiga desde junio de 2023 a la cuidadora del anciano y a un sacerdote por supuestos delitos de extorsión y homicidio. Ambos se encuentran en libertad bajo medidas cautelares mientras la investigación continúa.

El caso se centra en el fallecimiento del hombre de 91 años, que modificó su testamento tan solo 18 días después de que su cuidadora comenzara a trabajar para él en julio de 2023. A mediados de agosto, él falleció debido a una insuficiencia respiratoria, sin que se practicara una autopsia, y fue incinerado. Su testamento dejaba su vivienda a la cuidadora y 6.000 euros a la parroquia local.

La denuncia que desencadenó la investigación fue interpuesta por un sobrino del fallecido a finales de 2023, quien descubrió que su tío había designado a la cuidadora como heredera universal. La investigación está indagando si la cuidadora administró al anciano más medicación de la que le fue prescrita, con la intención de provocar su fallecimiento y beneficiarse de la herencia, en supuesta complicidad con el sacerdote, quien es representado por el abogado Juan Molpeceres.

En este marco de acciones legales, se ordenó la elaboración de un informe médico-forense que buscaba esclarecer la causa de la muerte del anciano, valorando si esta podría haber sido provocada de manera violenta o si había alguna señal de envenenamiento u otras circunstancias significativas.

Con el fin de elaborar su análisis, la forense examinó una amplia variedad de documentos relacionados con la historia médica del anciano, sus tratamientos y hospitalizaciones, prestando especial atención a los últimos meses de su vida.

El resultado de este análisis llevó a la forense a clasificar al fallecido como un paciente pluripatológico, y enfatizó que su muerte era de origen natural, dado que padecía enfermedades neoplásicas, metabólicas, degenerativas y con arritmias.

El informe también señala que en las últimas semanas de vida del anciano, el deterioro fue notablemente acelerado, con alteraciones conductuales y alucinaciones visuales que demandaron el uso de tratamientos antipsicóticos y otros medicamentos.

La forense determinó que no había pruebas que sugirieran que el estado de salud del anciano tuviera un origen tóxico. Más bien, esta correspondía a las dolencias típicas de un cuadro de demencia que puede manifestarse en personas de avanzada edad, aunque no se habían registrado antecedentes de tal condición hasta las últimas semanas.

Añade que, aunque los síntomas presentados eran de naturaleza mental y podrían relacionarse con la exposición a psicofármacos, no sería posible determinar si este estado se debía a una dosificación normal o a una sobredosis. Los efectos adversos pueden presentarse incluso con dosis terapéuticas adecuadas, y no se documentaron otros signos de intoxicación que pudieran comprometer las funciones vitales del anciano.

Por lo tanto, la conclusión de la forense es que la muerte del anciano debe interpretarse como consecuencia de un conjunto de patologías crónicas descompensadas, agravadas por infecciones recurrentes.

Además, recalca que los síntomas previos al fallecimiento no permiten inferir la existencia de una sobredosis de fármacos ni de envenenamiento, ya que los síntomas mentales son característicos de demencias degenerativas. Incluso, si se considera un componente farmacológico, estos pueden presentarse a dosis terapéuticas, asegurando que en el historial clínico del anciano se documenta la prescripción de antidepresivos y antipsicóticos.