La forzó sexualmente en múltiples oportunidades y la conminó con un cuchillo y un hacha
VALÈNCIA, 15 Mar.
La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia ha culpado a 20 años de prisión por un delito continuado de agresión sexual y otro de detención ilegal a un hombre que violó a una amiga y la retuvo por varias horas en su chalé de Requena.
El hombre no va a poder estar comunicado con la víctima ni arrimarse a menos de 500 metros de su hogar, rincón de trabajo, estudio o cualquier sitio en el que esté a lo largo del período de años. La sentencia le impone además de esto el pago de una indemnización de 17.250 euros por las consecuencias psíquicas y las lesiones que padeció la mujer, según informó el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.
Los hechos han comenzado la tarde del 2 de junio de 2020 en el momento en que el culpado recogió con su vehículo a la víctima y fueron juntos hasta la vivienda de él, donde consumieron cocaína y tomaron alcohol. En un instante preciso, el hombre cambió de actitud y empezó una discusión con la mujer a la que insultó, golpeó, conminó con un cuchillo y con un hacha y la forzó sexualmente en múltiples oportunidades.
La mujer procuró escapar de la vivienda en un par de ocasiones, sin lograrlo gracias a que el en este momento culpado la arrastraba nuevamente al interior del chalé. Horas después y a lo largo de una exclusiva agresión sexual, la perjudicada golpeó en la cabeza al atacante con una botella vacía y ha podido al final huír, desviste y malherida, de la vivienda.
La agredida, que fue socorrida en un inicio por un agricultor de la región hasta la llegada de las fuerzas de seguridad, padeció múltiples desgastes y hematomas en la cara, tórax y extremidades y le han quedado consecuencias sicológicas.
La defensa del acusado --que solo reconoció 2 golpes-- mantuvo la proposición de que fue ella la que le dio un botellazo y pensó que lo había matado, con lo que se inventó que él la había violado "para justificarse", ya que él no podía perseguirla en tanto que había quedado tirado en el suelo en un charco de sangre.
Sin embargo, para la Sala, la versión de la denunciante "no es increíble o inverosímil, tampoco los médicos-forenses apreciaron fabulación o fantasía alguna en ella, fué estable y persistente durante la causa, sin variantes substanciales, no se aprecien móviles inteligentes espurios que logren enturbiar la certeza de su testimonio, no tenía enemistad con el procesado, a la inversa, eran populares de hace unos años y quedaban; y su declaración cuenta además de esto con corroboraciones periféricas, como son los testimonios del agricultor y policías que la vieron, el atestado, con la inspección ocular y demás diligencias, fotografías, tal como los documentos y también reportes
médicos".
De hecho, los agentes confirmaron que los datos que ofrecía la víctima coincidían con lo que ellos observaron en la vivienda y aledaños, se encontraba revuelta, había restos de sangre, tanto en la vivienda, en cama, como en los caminos por donde ella había pasado, un reguero. La sentencia no es estable y se puede recurrir frente a la Sala de lo Civil y Penal del TSJCV.