¡Increíble descubrimiento en la Universidad de Alicante! El Grupo de Análisis de Polímeros y Nanomateriales ha creado un sensor revolucionario a partir de desechos alimentarios de naranja sanguina y remolacha.
Se trata de un biosensor colorimétrico que cambia de color, ofreciendo información adicional sobre el estado de los alimentos envasados. Esta innovadora tecnología podría mejorar significativamente el envasado de alimentos, aprovechando los residuos de la industria agroalimentaria.
Los investigadores María Carmen Garrigós y Alfonso Jiménez explican que cuando un alimento rico en proteínas comienza a descomponerse, se producen compuestos volátiles que cambian el color del sensor. Los tonos rojos o rosados indican frescura, mientras que los colores amarillos o verdosos señalan un proceso de deterioro.
Al incorporar este sensor en los envases de alimentos frescos, tanto distribuidores como establecimientos pueden ofrecer una garantía adicional de seguridad alimentaria al consumidor, reduciendo además el desperdicio alimentario.
Utilizando extractos activos de naranja sanguina y remolacha, los investigadores han creado un material inteligente y biodegradable que puede monitorear la degradación de alimentos ricos en proteínas, como el pollo, pescado y marisco. Además, este sensor puede detectar cambios bruscos de temperatura que afecten la calidad y seguridad de los productos frescos durante el transporte.
Este emocionante avance se ha logrado dentro del proyecto 'Nuevos materiales multicapa para sistemas de envasado inteligente de alimentos con biosensores sensibles a pH (Multisens)', financiado por la Agencia Estatal de Investigación y el Ministerio de Ciencia e Innovación. El Grupo de Análisis de Polímeros y Nanomateriales de la UA continúa su labor en el desarrollo de biopolímeros para contribuir a la economía circular y reducir la generación de residuos. ¡Un gran logro para la investigación científica en España!
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