Crónica Valencia.

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Los alquileres en la Comunitat Valenciana se disparan un 12,1% en 2024, alcanzando un nuevo máximo, según Idealista.

Los alquileres en la Comunitat Valenciana se disparan un 12,1% en 2024, alcanzando un nuevo máximo, según Idealista.

En un escenario preocupante para quienes buscan un hogar, el precio medio del alquiler en la Comunitat Valenciana ha experimentado un notable aumento del 12,1% durante el año 2024, alcanzando los 11,4 euros por metro cuadrado. Este incremento trimestral del 0,6% marca un hito histórico en el costo de las rentas en la región, según el último análisis de precios realizado por Idealista.

La capital valenciana no ha sido ajena a esta tendencia al alza, donde el precio medio de los arrendamientos ha subido un 12,2% en el último año. Actualmente, el alquiler en València capital se sitúa en un récord de 14,9 euros por metro cuadrado, un precio sin precedentes en los registros de Idealista. Asimismo, la provincia de Valencia ha experimentado un aumento del 15,2%, estableciendo un nuevo máximo de 12,5 euros por metro cuadrado mensual.

En Alicante, la situación es similar, con un crecimiento del 9,9% en los precios de alquiler durante el último año, alcanzando un promedio de 10,9 euros por metro cuadrado. Los propietarios en la capital alicantina fijan sus precios un 10,2% más altos que el año anterior, lo que equivale a 11,9 euros/m². Este fenómeno resalta la presión continua en el mercado inmobiliario de la región.

Por su parte, Castellón también ha sufrido el impacto de este alza en las rentas, con un aumento interanual del 7,9% en el costo de los alquileres, alcanzando un precio medio de 7,9 euros por metro cuadrado. En Castellón de la Plana, la renta media se ha elevado hasta 8,3 euros/m², representando un incremento del 11,3% en 2024, lo que establece un récord histórico para la ciudad.

Francisco Iñareta, portavoz de Idealista, ha comentado sobre la actual situación al decir que "lamentablemente, en materia de alquiler hemos perdido un año más". Según él, 2024 solo ha servido para confirmar la crisis del mercado, exacerbando aún más la limitada oferta y disparando los precios. Iñareta ha señalado que "las medidas tomadas en los últimos años han agravado el problema" y ha expresado su preocupación con respecto a las previsiones futuras, que parecen desalentadoras.

Las políticas que han llevado a esta crítica situación continúan vigentes e incluso amenazan con intensificarse, resultando en un mercado más intervenido. Esta reducción en la oferta de viviendas no solo ha incrementado los precios, sino que también ha generado un ambiente de ansiedad entre las familias, convirtiendo el alquiler en un privilegio reservado únicamente para aquellos con ingresos más altos, mayores ahorros, mejor apoyo familiar o una estabilidad laboral sólida.

Iñareta también ha hecho hincapié en que los propietarios están cada vez más inclinado a elegir entre perfiles que les ofrezcan mayores garantías de pago y la posibilidad de recuperar su vivienda en caso de impago. En este contexto, las familias más vulnerables, o aquellas que están en riesgo de serlo, se verán continuamente excluidas del mercado, lo que plantea un grave desafío social.