En un significativo evento que se llevará a cabo esta tarde en la Catedral de Valencia, el Arzobispo Enrique Benavent ha subrayado que la misa funeraria por las víctimas de la reciente dana del 29 de octubre busca ser un gesto profundamente conmovedor que toque los corazones de los asistentes.
Según lo indicado por Benavent en una entrevista para Onda Cero, más de 400 familiares han confirmado su presencia para rendir homenaje a las víctimas, reflejando así el impacto colectivo de esta tragedia. El acto está organizado por el Arzobispado y contará con la presencia de los Reyes de España, Felipe VI y Letizia, así como diversas figuras políticas destacadas, entre ellas el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y otros presidentes autonómicos que se unirán en esta ceremonia de duelo.
El Gobierno, por su parte, ha designado a varios ministros para que representen al Ejecutivo en la misa. Asistirán la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, y la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, además de la delegada del mismo en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé.
La misa también acogerá a los alcaldes de las localidades más afectadas por las inundaciones, incluidos la alcaldesa de Valencia, quien representa a la pedanía de La Torre, así como a la presidenta de Les Corts, Llanos Massó, y la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, Pilar de la Oliva.
Durante la entrevista, Benavent expresó su intención de ofrecer en la misa palabras reconfortantes, llenas de fe y esperanza, destinadas a brindar consuelo a todos los presentes. “En estos momentos, es lo que todos necesitan”, señaló el Arzobispo.
El Arzobispo enfatizó que su mensaje no se limitará a las palabras, sino que también se manifestará a través de acciones. “La celebración de este funeral es un gesto destinado a llegar al corazón de las personas y a proporcionarles un poco de ánimo y esperanza en estos momentos críticos”, comentó Benavent.
Al reflexionar sobre sus visitas a las áreas devastadas y las impresiones transmitidas por los residentes, el arzobispo describió lo que ha presenciado: “He visto miradas tristes, gente que en esos momentos carecía de palabras. En esas circunstancias, la comunicación más profunda se produce a través de la mirada, no del lenguaje. Lo que hemos visto es desolación y el hogar de muchas personas ha sido severamente afectado”.
Asimismo, el arzobispo mencionó la pérdida de empleo y la devastación de negocios que muchos han sufrido: “Hemos atestiguado el dolor colectivo de una comunidad entera que está atravesando momentos de dificultad y compartiendo un sufrimiento común”.
No obstante, el Arzobispo también resaltó la notable solidaridad observada en la comunidad: “Numerosos gestos de cercanía por parte de muchos ciudadanos se han manifestado, acercándose a quienes están sufriendo en este período tan desafiante”.
En respuesta a preguntas sobre la asistencia de familiares al funeral y la inquietud relacionada con la falta de invitaciones, el arzobispo aclaró que las leyes de protección de datos limitan su acceso a la identificación de las familias. “Sin embargo, es bastante sencillo. Basta con acudir a la parroquia, hablar con el párroco y solicitar las acreditaciones que hemos preparado para las familias, o simplemente contactar con el Arzobispado para reservar dichas acreditaciones”, expuso.
En la actualidad, ya son más de 400 los familiares que han confirmado su participación en la ceremonia. El arzobispo reconoció que “aunque es un número significativo, la sociedad es extensa, y en muchas ocasiones, las víctimas residen en urbanizaciones que no pertenecen a los pueblos afectados, lo que dificulta llegar a todos”.
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