Crónica Valencia.

Crónica Valencia.

Operarios de Sedaví restauran 2.500 lápidas tras la devastadora dana.

Operarios de Sedaví restauran 2.500 lápidas tras la devastadora dana.

VALÈNCIA, 30 de octubre. La devastadora dana que afectó a la provincia de Valencia el 29 de octubre del año pasado ha dejado una huella imborrable, con un saldo trágico de 229 víctimas fatales. A medida que se realizaban las labores de búsqueda, muchos de estos fallecidos requerían ser enterrados, aunque las condiciones del terreno se vieron gravemente perjudicadas debido a las inundaciones. Hoy, un año después de esta catástrofe, los cementerios de la región están en proceso de recuperación y se preparan para las ceremonias del Día de Todos los Santos.

Uno de los cementerios más emblemáticos que sufrió esta tragedia es el de Sedaví, catalogado como Bien de Relevancia Local. Su localización en una zona baja lo dejó sumergido bajo tres metros de agua, afectando no solo a las tumbas, sino también a su infraestructura, incluyendo la devastada ermita y varios vehículos que fueron arrastrados al interior del recinto. Cuatro trabajadores han dedicado incansables horas desde entonces para limpiar 2.500 lápidas, haciendo el trabajo con una minuciosa dedicación.

Javier Pérez, concejal de Cementerios de Sedaví, explica que su doble función como concejal de Juventud y Cementerios ilustra la diversidad de su trabajo. Nueve habitantes del municipio perdieron la vida a causa de la dana y fueron enterrados en la zona más elevada del camposanto, donde el agua no superó los 70 centímetros. El concejal detalla la magnitud del daño, mencionando que toda una sección del cementerio colapsó debido a la inundación.

“Limpiamos lo antes posible la zona nueva con ayuda de operarios y soldados de la Unidad Militar de Emergencias. Aunque no estaba en condiciones óptimas, era necesario proceder con los entierros, permitiendo solo el acceso a los familiares”, comenta Javier, resaltando los esfuerzos conjuntos que se hicieron en situaciones de emergencia.

A lo largo de esos días críticos, la colaboración con las fuerzas de seguridad y los operarios fue esencial hasta que, en abril, lograron abrir el cementerio por completo. “El proceso implicó quitar lápidas, recuperar restos con sumo cuidado y colocarlos en una fosa común, asegurando que los familiares pudieran recuperarlos más adelante”, explica Javier, quien enfatiza la delicadeza requerida en cada paso de esta labor.

A pesar de la necesidad urgente de los familiares por ver nuevamente las tumbas de sus seres queridos, el acceso estuvo restringido para salvaguardar la integridad del proceso de limpieza. Los cuatro operarios trabajaron intensamente para preservar la historia inscrita en cada lápida, haciendo un trabajo detallado y cuidadoso que, a pesar de ser tedioso, fue fundamental para mantener la memoria de los difuntos.

Finalmente, tras recibir la autorización del patrimonio, el cementerio pudo reabrir el 29 de abril. Javier afirma que el lugar se conserva en buen estado, a excepción de la sección séptima, que sigue siendo un recordatorio de la tragedia que allí ocurrió. Este mismo mes de octubre, se culminó la instalación de la puerta principal y se están realizando esfuerzos diligentes para restaurar el recinto, que incluye la construcción de un nuevo altar en la capilla, la cual sufrió severos daños.

Las reparaciones iniciales se han financiado con recursos municipales, mientras que los trabajos más significativos, que abarcan la reconstrucción de la sección séptima y la capilla, se llevarán a cabo con fondos estatales. En los próximos días, se planea cubrir áreas en mal estado para permitir el acceso a todas las secciones, excepto la séptima.

El concejal de Sedaví comparte que el proceso ha sido extenuante y que, en ocasiones, resultó difícil explicar las circunstancias a las familias preocupadas por el estado de sus seres queridos. Muchas personas se acercaban a él con lágrimas, buscando información acerca de las tumbas y deseando recibir una imagen para tranquilizarse. “Tratamos de manejar la situación lo mejor posible y brindar consuelo”, explica, convencido de que el cementerio es un lugar vital para la comunidad y el más dañado de la región.

En Catarroja, la situación fue igualmente complicada. Se invirtieron aproximadamente 500.000 euros en la reparación de su cementerio, que también resultó gravemente afectado. Casi un año después, el espacio ya funciona "con normalidad", y de hecho, el Ayuntamiento ha comenzado una fase de ampliación de nichos, según indica la alcaldesa Lorena Silvent.

La alcaldesa recuerda cómo, tras la catástrofe del año pasado, el equipo del Ayuntamiento se activó rápidamente para comenzar la recuperación del cementerio, contando con la ayuda de trabajadores municipales y voluntarios. “El primer entierro se celebró el 8 de noviembre”, resalta.

A la par, el Ayuntamiento de Catarroja ofreció sus instalaciones a los pueblos vecinos como Massanassa, donde las familias no podían enterrar a sus difuntos. "Vinieron aquí", agrega, para señalar la solidaridad en medio de la crisis.

A lo largo de estos últimos meses, el trabajo se ha enfocado en reparar las numerosas lápidas dañadas y restaurar los panteones existentes. "Tres de ellos habían colapsado", comenta sobre la importancia de la restauración, que además incluye la reparación de muros y portones perimetrales, todo ello financiado con el presupuesto de 500.000 euros.

Casi un año después, estas labores han permitido al cementerio de Catarroja operar "normalmente", mientras se avanza hacia una nueva fase de ampliación de nichos, dado que antes de la dana, se tenía un margen adecuado para atender fallecimientos anuales.

Con la festividad de Todos los Santos aproximándose, el Ayuntamiento planea habilitar un área “simbólica” para recordar a aquellos que fallecieron en la dana, colaborando con asociaciones de víctimas en la creación de un “rincón de la memoria”, adornado con flores y velas en homenaje a los fallecidos.

En Benetússer, el cementerio municipal no sufrió daños severos, y la alcaldesa Eva Sanz asegura que la infraestructura está operativa y lista para el Día de Todos los Santos, cuando se planea un espacio especial para recordar a los que perdieron la vida en la inundación.

En Alfafar, el alcalde Juan Ramón Adsuara menciona que el cementerio local fue gravemente afectado, y ahora se encuentra en la fase final de sus reparaciones, en particular en el tanatorio. Además, están reconstruyendo las vías de acceso, por lo que han decidido suspender las obras cercanas antes de la celebración del 1 de noviembre para facilitar el acceso al lugar.

Finalmente, el Ayuntamiento de Utiel ha informado que su cementerio no experimentó daños significativos, por lo que se espera que no haya inconvenientes para los visitantes en la festividad de Todos los Santos, lo que permitirá a la comunidad rendir homenaje a los fallecidos.