Crónica Valencia.

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Rovira sostiene que el colapso en Massanassa era "inesperado" y que la escuela "no estaba en peligro de hundirse".

Rovira sostiene que el colapso en Massanassa era

La trágica noticia del derrumbe ocurrido en el colegio Luis Vives de Massanassa, Valencia, ha generado gran preocupación en la comunidad educativa y en la opinión pública. El accidente, que tuvo lugar en un porche exterior del centro, demuestra que las condiciones de las infraestructuras educativas en algunas áreas requieren una revisión urgente.

El conseller de Educación, Cultura, Universidades y Empleo, José Antonio Rovira, se ha visto obligado a pronunciarse tras este siniestro, donde un trabajador ha perdido la vida y otro ha resultado herido. Según Rovira, este incidente fue “imprevisible” y se produjo en un momento en que los empleados estaban trabajando en el mencionado porche. El conseller ha enfatizado que, en ningún momento, existía un informe que indicara que el edificio estaba en peligro de colapso.

Precisamente, las declaraciones del conseller se sustentan en los informes técnicos que advierten sobre daños significativos en el centro, pero que no representaban un riesgo inminente para su estructura. Sin embargo, el riesgo de ocupación era suficiente para encender las alarmas, ya que el derrumbe se produjo al exterior, en un porche que conecta dos edificios del colegio.

Los primeros informes revelados por el Grupo Tragsa también proporcionan información crucial sobre las causas del incidente, sugiriendo que un “colapso de una estructura metálica exterior” fue el desencadenante del hundimiento del porche. Esta estructura había sido diseñada para proteger a los transeúntes de las inclemencias climáticas, lo que subraya la importancia de realizar inspecciones más rigurosas y constantes en tales instalaciones.

En una reunión de urgencia celebrada en el Palau de la Generalitat, Rovira comentó que el colegio en cuestión tiene ya 50 años y, tras los severos daños causados por la dana, se llegó a la conclusión de que “valía más la pena hacerlo nuevo que repararlo”. Esta declaración resalta la necesidad apremiante de inversiones en la infraestructura escolar de la región.

El conseller ha clasificado el suceso como un “accidente laboral”, destacando que en el momento del derrumbe, se encontraban en el lugar cuatro trabajadores de Tragsa y operarios de la UME, quienes fueron sorprendidos por una situación inesperada. Está claro que este incidente merece una investigación profunda para asegurar que no se repita en el futuro.

Rovira también enfatizó que las labores de limpieza en el recinto se realizaban a petición del Ayuntamiento, que había solicitado estas acciones por razones de salubridad, evidenciando así la interrelación de la administración local y regional en la gestión de la seguridad escolar.

En un acto de empatía y responsabilidad, el conseller expresó sus “condolencias” a los familiares del fallecido y deseó una “pronta recuperación” al trabajador que resultó herido. Destacó que el colegio fue clasificado como centro “rojo”, lo que significa que, a corto plazo, los alumnos no podrían regresar a sus instalaciones.

Finalmente, Rovira recalcó que la prioridad establecida para estos centros es buscar alternativas de realojamiento para los estudiantes. En el caso del CEIP Luis Vives, se había anticipado que los alumnos no podrían regresar, hecho que reafirma la urgencia de revisar la estructura. Este lunes, los estudiantes serán reubicados en la antigua escuela de Magisterio de València, buscando así garantizar la continuidad de la educación de manera segura y efectiva.