En un contexto de creciente preocupación por la devastación provocada por la reciente dana, el alcalde de Sedaví, José Francisco Cabanes, ha hecho un urgente llamado a las autoridades para que se destine más maquinaria a su municipio. Este 29 de octubre, la localidad se vio severamente afectada por el lodo acumulado, lo que ha llevado a los vecinos a vivir una situación crítica a más de un mes del trágico evento.
Cabanes ha expresado su frustración ante los medios, sugiriendo que es momento de tomar medidas drásticas, como ingresar al Centro de Coordinación de Emergencias (Cecopi) para exigir la llegada de la maquinaria necesaria. En su declaración, enfatizó que han estado esperando la ayuda desde el primer día, pero los recursos prometidos aún no han llegado.
El alcalde destacó que sin la maquinaria adecuada, el progreso en la limpieza y recuperación del municipio se estanca. Señaló que "ninguna empresa tiene tanta maquinaria como la que hace falta" y que, aunque las administraciones locales están haciendo su mejor esfuerzo para encontrar equipos, el reto es considerablemente mayor de lo que se había anticipado.
Por otro lado, Cabanes también informó que el consistorio ha puesto en marcha un “ayuntamiento móvil”, utilizando un camión proporcionado por el Estado, para atender las necesidades de la población tras la devastación que sufrió la infraestructura local. La prioridad en Sedaví es retirar el lodo de garajes y espacios públicos, así como evaluar el estado de edificios e infraestructuras antes de iniciar la reconstrucción, un proceso que anticipa será extenso y arduo.
Durante la reunión con otros alcaldes afectados, Salvador Morató de Picassent, manifestó su preocupación por las valoraciones de daños realizadas en su municipio. Según su testimonio, estas cifras están “muy por debajo” de la realidad, con un dramático subregistro en la superficie afectada y en la cuantificación económica de los daños. Resaltó que al menos 158 caminos estaban dañados, pero únicamente seis fueron contabilizados en las evaluaciones iniciales, confiando en que la Diputació tome medidas para corregir estas cifras.
El concejal también mencionó que en Picassent los daños se han concentrado en la zona de la Font de l'Omet, donde siete viviendas han sido desalojadas. La situación se complica aún más debido al impacto en la agricultura local, que también ha sufrido serios daños, lo que sugiere que la reconstrucción tomará un tiempo considerable.
En cuanto a la situación en Xirivella, la alcaldesa Paqui Bartual comentó que, a pesar de que el 77% de los comercios fueron afectados, la localidad se encuentra casi en plena actividad. Atribuyó este hecho a las rápidas acciones del Ayuntamiento, aunque también reconoció que la coordinación entre diferentes administraciones es un desafío que persiste.
Vicent Mompó, presidente de la Diputació, admitió que comprende el “nerviosismo” de los alcaldes y reconoció que aún queda mucho trabajo por realizar. No obstante, dejó claro que la Diputació no es la entidad responsable de llevar a cabo la limpieza de los garajes, aunque sus esfuerzos por ayudar son evidentes. Según Mompó, las dificultades abarcan a todas las instituciones y empresas en la contratación de maquinaria, lo que incrementa la sensación de que hay una gran cantidad de tareas pendientes.
Finalmente, como solución a esta problemática, Mompó propuso establecer la figura de un “transmisor” que pueda facilitar la comunicación y atender las necesidades de los alcaldes en materia de maquinaria y recursos esenciales. Sin embargo, expresó su frustración porque, hasta el momento, esta recomendación no ha encontrado la respuesta adecuada.
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