Se han interpuesto mucho más de cien demandas, si bien la Policía piensa que el número de damnificados es considerablemente mayor
ALICANTE, 3 Feb.
La Policía Nacional ha detenido en Alicante a tres personas por presuntamente falsificar entradas para recitales de predominantes artistas, festivales y musicales. Por estos sucesos se han interpuesto mucho más de cien demandas por toda la geografía de españa.
Los pertenecientes de la banda tienen vínculos familiares y llevaban mucho más de un año dedicándose a la presunta venta fraudulenta de entradas por medio de internet, según informó este viernes la Policía Nacional en un aviso.
Las falsas entradas, que tenían un coste de entre 15 y 60 euros, simulaban "exactamente las mismas cuestiones de inseguridad que las genuinas" al tener insertados códigos de barra y QR, lo que hacía que "las víctimas no se percataran de la estafa hasta el momento en que se personaban en las puertas de ingreso de los circuitos".
La investigación se inició a causa de una demanda donde la víctima aseguraba que había sido engañada en la adquisición de unas entradas para el concierto de un popular artista en La capital española.
Tras las primeras pesquisas, los agentes confirmaron que no tenía que ver con un hecho apartado. Solo en la Policía Nacional se recopilaron mucho más de cien demandas de personas que habían sido engañadas con la adquisición de entradas para un sinfín de recitales, festivales, musicales y otros acontecimientos festejados por todo el país.
El alto número de víctimas, tal como la dispersión de los hechos por todo el territorio nacional, ha requerido el acompañamiento y colaboración de la Fiscalía de Criminalidad Informática para unificar la causa frente a un solo Juzgado.
Este acompañamiento dejó probar que las demandas "no eran casos apartados y también independientes, sino hacían referencia a la actividad ilegal llevada a cabo por exactamente el mismo conjunto criminal".
La Policía Nacional afirma que "hay rastros que señalan a que el número de damnificados es considerablemente mayor, puesto que frecuentemente los hechos no eran denunciados por el hecho de que el importe defraudado por cada entrada no era altísimo".
Los investigados contactaban con las víctimas valiéndose de diferentes técnicas de ingeniería popular. En ciertos casos, insertaban avisos en comunidades y interfaces de compraventa; en otros, contactaban de manera directa con personas que procuraban, en tales interfaces, entradas para ciertos recitales.
Una vez que acordaban el valor con la víctima, que "acostumbraba a ser parcialmente bajo", falsificaban las entradas adaptándose a los modelos comunes que se usan en esta clase de acontecimientos. Además de las cuestiones de inseguridad, asimismo insertaban imágenes de los artistas, que van desde vocalistas y conjuntos muy populares hasta otros mucho más alternos.
Los investigados habían transformado en teoría la actividad delictiva "en su medio de vida y estaban muy atentos de las giras de los primordiales artistas que actuaban en España". De hecho, en el instante de la detención, estaban en desarrollo de entrar en contacto con novedosas víctimas para la supuesta venta de entradas falsificadas de nuevos recitales.
Los agentes hicieron un registro domiciliario en el que intervinieron ocho discos duros, 2 teléfonos móviles inteligentes, 18 tarjetas SIM, 11 tarjetas de crédito, tres USB y 2 ordenadores portátiles. Por último, realizaron el bloqueo precautorio de 13 cuentas corrientes usadas para recibir el dinero de las estafas.