Crónica Valencia.

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Activistas europeas protestan en Bétera contra la ganadería industrial.

Activistas europeas protestan en Bétera contra la ganadería industrial.

VALÈNCIA, 18 de mayo. Este sábado, un grupo de activistas europeos se congregó ante la macrogranja de ganado bovino More Holstein en Bétera, Valencia, para criticar lo que consideran una fachada engañosa sobre la sostenibilidad de esta granja, que alberga a más de 3.000 vacas lecheras. Los ciudadanos y organizaciones locales que se oponen a la instalación han expresado su descontento, señalando que este modelo industrial está perjudicando gravemente el agua, el aire y el suelo de la región.

Esta manifestación forma parte de un encuentro más amplio a nivel europeo contra la ganadería industrial, organizado por Amigas de la Tierra, en el que participan grupos como Ecologistas en Acción y Stop Ganadería Industrial. Decenas de manifestantes de diferentes países se unieron para arrojar luz sobre los efectos negativos de estas macrogeneraciones ganaderas y para compartir historias de resistencia en sus respectivas comunidades, según informó Amigas de la Tierra en un comunicado oficial.

Durante la protesta, se exhibieron carteles con mensajes impactantes como “Por un mundo rural vivo”, “No a las macrogranjas. No a la contaminación. No a la recalificación del suelo”, “Las macrogranjas contaminan y nadie dice nada”, y “Poder del pueblo ya”. También se intercambiaron frases en francés que pedían el cierre de las granjas industriales.

A pesar de obtener la certificación B Corp, que supuestamente se otorga a empresas que cumplen altos estándares de responsabilidad social y ambiental, los residentes cercanos a la instalación han manifestado que esta distinción no refleja la realidad de su impacto en la comunidad.

El ayuntamiento de Bétera apoya el proyecto, pero en la cercana localidad de La Pobla de Vallbona, los ciudadanos han formado un grupo vecinal en oposición a la macrogranja. Los habitantes de esta zona se quejan de las molestias constantes, incluyendo ruidos, moscas y olores desagradables provenientes de la granja y sus enormes cantidades de desechos.

Juani Caballero, residente de la urbanización El Cerrao, advirtió que la empresa tiene planes para reclasificar terrenos agrícolas protegidos a uso ganadero industrial, lo que potencialmente duplicaría el tamaño de la granja. Este cambio, de ser aprobado, podría tener efectos devastadores en nuestra calidad de vida, destacó Caballero.

En apoyo a este movimiento vecinal, activistas de Friends of the Earth Europe, junto con organizaciones de varios países europeos, se unieron en València para colaborar en la lucha contra la ganadería industrial y llevaron a cabo esta manifestación como parte de sus esfuerzos conjuntos.

Amanda Subiela, representante de Amigas de la Tierra, subrayó que esta situación pone de manifiesto cómo los intereses económicos de una empresa pueden prevalecer sobre los derechos y bienestar de las personas afectadas. La activista argumentó que esta explotación ha operado de manera irregular durante años, y ahora se le otorgan premios y certificaciones mientras continúa causando contaminación en la localidad.

Las organizaciones participantes señalaron que la problemática de la ganadería industrial no es un caso aislado, sino que forma parte de un modelo más amplio de concentración económica que afecta a toda España. Además, alertaron que alrededor del 30% de las aguas subterráneas están contaminadas por nitratos, poniendo de relieve la urgente necesidad de actuar para frenar esta tendencia, especialmente en la Comunidad Valenciana, que se ha convertido en un punto crítico para estas macroexplotaciones.

La instalación More Holstein, que provee leche a Danone desde su planta en Aldaia, es vista por los movimientos ecologistas como un triste ejemplo de lavado verde. A pesar de ser la primera macrogranja B Corp en Europa, los residentes han denunciado innumerables irregularidades en su funcionamiento a lo largo de los años.

Entre las reclamaciones, se menciona que la granja ha mantenido durante mucho tiempo un número de animales superior al permitido y que ha realizado vertidos ilegales en el barranco del Carraixet, amenazando con dañar la ecología local y afectando la disponibilidad de agua potable para la población del área. “La ganadería industrial promueve un sistema que lesiona a la comunidad y concentra la riqueza en unas pocas manos”, concluyeron los activistas.