Crónica Valencia.

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Barrachina denuncia la "inhumanidad" del recorte al trasvase Tajo-Segura: “Sánchez prefiere sumisos a regantes”.

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La situación del agua en la región se vuelve crítica, ya que las autoridades advierten que la falta del trasvase Tajo-Segura podría llevar a que la huerta alicantina se convierta en un ''desierto''. La desalación, una alternativa que se está considerando, implicaría un aumento de costos que podría resultar insostenible para los agricultores de la zona.

En una declaración reciente, Miguel Barrachina, conseller de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca, calificó de ''crueldad sin límites'' la posible reducción del trasvase. Argumentó que dicha decisión carece de justificación científica y es, en realidad, una cuestión de estrategia política que podría llevar al sector agrícola de vuelta a épocas más primitivas.

Barrachina señaló que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, parece estar interesado en que se detenga el riego que ha sido parte de la tradición agrícola durante los últimos 40 años. En su opinión, esta postura no solo es obsoleta, sino perjudicial para los regantes, quienes aportan a la economía de la región.

El conseller destacó además que, a diferencia del año pasado, los embalses en las cuencas del Segura están en condiciones óptimas. Aun así, se mostró desconcertado por el hecho de que la Confederación Hidrográfica del Tajo, bajo el mando de Sánchez, ordenara a los agricultores no plantar hortalizas el pasado septiembre debido a la ''falta de agua'' y ahora, con los embalses a capacidad máxima, se plantee un recorte en el suministro.

Barrachina subrayó que el verdadero problema no está en la ecología, sino en una ideología que desestima la importancia del sector agrícola. Criticó que el exceso de agua en la cabecera del Segura se está desperdiciando, en vez de ser aprovechado por los agricultores locales, debido a acuerdos que favorecen a otros países como Portugal.

Según el conseller, el pacto actual de transferencia de agua está muy por encima de lo acordado, lo que pone en riesgo la agricultura en España. Lamentó que, bajo las políticas actuales, se vean obligados a talar miles de árboles y enfatizó que el gobernador debería reconsiderar su enfoque hacia el agua, especialmente en un contexto de cambio climático.

Barrachina también propuso que, en lugar de limitar el trasvase, se deberían invertir en obras de infraestructura que permitan almacenar de manera eficiente el agua, para poder enfrentarse a los períodos de sequía que se avecinan. Afirmó que las políticas impulsadas por Sánchez en los últimos años están equivocadas y necesitan un replanteamiento radical.

En cuanto al futuro del sistema de riego en la cuenca del Segura, el conseller fue contundente: sin el trasvase, la agricultura en Alicante, Murcia y Almería dejaría de existir. Aseguró que no hay alternativas al trasvase, lo que hace que la situación actual sea inaceptable.

Por último, Barrachina advirtió que la promoción de la desalación como solución al problema hídrico solo incrementará los costos para los agricultores, ya que el agua desalinizada será cinco veces más cara que la que proviene del Tajo. Criticó esta estrategia, afirmando que dejará a los regantes a merced de la política y dependientes de subvenciones.

''Mientras el Gobierno quiere que los regantes se conviertan en sirvientes de esta política, nosotros necesitamos que continúen sembrando y cultivando lo que ha sido su tradición durante décadas'', concluyó.