La reciente decisión del Ayuntamiento de València, bajo la alcaldía de Mª José Catalá, de modificar el nombre de la ciudad a una forma bilingüe 'Valencia/Valéncia' ha desatado una fuerte controversia. Compromís, el partido en la oposición, ha expresado su oposición ante esta medida, considerándola como un.

El concejal Pere Fuset ha sido claramente crítico, acusando a la alcaldesa de llevar a cabo este cambio de manera intencionada y desproporcionada. Según Fuset, esta acción carece de respaldo por parte de la ciudadanía y parece servir más a intereses políticos que a las necesidades de los vecinos. Su elección del mes de agosto para anunciar este cambio, apunta, es prueba de que Catalá comprende la falta de apoyo social para su propuesta.

Fuset también ha mencionado que la nomenclatura actual de 'València' había sido aceptada con un mínimo de alegaciones, destacando que ninguna de ellas impugnó el uso del nombre en valenciano. Desde su punto de vista, el nombre es perfectamente entendible y necesario para la identidad local, argumentando que no se trata de un modelo comparable al de Vitoria-Gasteiz.

Las alegaciones de Compromís también incluyen críticas hacia varias inconsistencias legales de la propuesta. En específico, apuntan que el acuerdo que busca implementar la doble denominación infringe el decreto de 2017 y el reglamento municipal vigente, que priorizan la utilización del valenciano para los nombres oficiales.

Argumentan que si se procede a una doble denominación, la forma en valenciano debería ocupar la posición predominante en espacios donde se habla predominantemente este idioma. Esta coalición también ha señalado que no existe un estudio que valide la inclusión del nombre en castellano, además de criticar que el único informe presentado sugiere un cambio menor en la acentuación, lo cual contradice lo establecido por la Acadèmia Valenciana de la Llengua.

Compromís alerta que esta doble nomenclatura podría resultar en un costo significativo, en especial en términos de reetiquetado y señalización, sin aportar beneficios reales a los ciudadanos. Fuset ha acusado a Catalá de utilizar esta controversia como un mecanismo para desviar la atención de problemas más serios, como la falta de limpieza en la ciudad y las dificultades habitacionales que enfrenta la población.

La coalición ha instado a la administración a rechazar la propuesta de cambio y mantener 'València' como el único nombre oficial, que fue establecido con el apoyo de un decreto del Consell y avalado por la AVL. Además, han lanzado un llamado a los ciudadanos para que presenten sus alegaciones ante esta medida antes del 9 de septiembre, con la opción de hacerlo a través de la sede electrónica municipal o en oficinas de atención ciudadana.