Crónica Valencia.

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"Los Reyes ofrecen su apoyo a las familias de las víctimas de la dana en la Catedral de València"

Ana y Susana, quienes han sufrido la pérdida de sus maridos en la localidad de Catarroja, han expresado que los Reyes de España, Felipe VI y doña Letizia, les han brindado un profundo sentido de "humanidad" y "cercanía" durante su reciente visita.

En València, el pasado lunes, se llevó a cabo una emotiva misa funeral en la Catedral, donde las familias de las víctimas de la trágica dana recibieron el apoyo emocional de los monarcas al concluir la ceremonia. La Catedral estaba llena de personas que deseaban honrar la memoria de sus seres queridos, quienes perdieron la vida en este devastador evento que contabiliza, hasta el momento, 220 víctimas mortales y cuatro desaparecidos.

Los Reyes se acercaron a los bancos donde se encontraban los familiares de las víctimas, muchos de los cuales mostraban su dolor con lágrimas en los ojos, sosteniendo fotografías de sus difuntos. Durante aproximadamente 40 minutos, Felipe VI y doña Letizia abrazaron y brindaron palabras de consuelo a quienes enfrentan esta profunda pérdida, demostrando así un genuino compromiso con el bienestar de estas familias en duelo.

Al salir del funeral, varios familiares, profundamente impactados, compartieron lo que esta experiencia significó para ellos. Coincidieron en que esta ceremonia fue “reconfortante”, ya que les permitió recordar a sus seres queridos y sentir que la comunidad también se unía en su dolor. Ana y Susana fueron especialmente elocuentes al señalar la "humanidad" y "cercanía" que los Reyes han expresado en este difícil momento.

Por otro lado, no todos los familiares compartieron el deseo de participar en la ceremonia. Un caso destacado fue el de Juan José Monrabal, un vecino de Catarroja que encontró a su madre entre los escombros. Su dolor fue evidente cuando dijo: “Faltan cuatro personas”, refiriéndose a los desaparecidos, y lamentó cómo las festividades navideñas contrastarán con su dolor. “Mientras otros celebrarán, nosotros solo tendremos ganas de llorar”, añadió con profunda tristeza.

Tampoco se sintió cómoda una hija de un fallecido de Picanya, quien, tras ingresar a la Catedral, decidió salir al reconocer a varios representantes políticos. Expresó su descontento, indicando que deseaba estar con las familias afectadas y que su duelo no fue respetado. “No quería compartir el espacio con ellos; para mí esto ha sido un asesinato”, concluyó con firmeza.

Los Reyes llegaron a la Puerta de los Hierros de la Catedral alrededor de las 18:50 horas y se quedaron hasta pasadas las 20:30 horas, recibiendo un cálido aplauso del público presente. En el interior, a su entrada y salida, también resonaron aplausos y algunos gritos de “¡Viva el rey!”, manifestando el apoyo a la monarquía en un momento tan sensible.

El Arzobispo de València, monseñor Benavent, tuvo la responsabilidad de oficiar la ceremonia, en la que participaron también otros clérigos de las áreas impactadas. Durante su homilía, el Arzobispo hizo un llamado a la unidad para ayudar a los que sufren por la tragedia y a enfrentar el futuro con esperanza, invocando la protección de la Mare de Déu dels Desemparats, la patrona de València, indicando que ella está más cerca de quienes están sufriendo.

En un gesto significativo, se trasladó la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados desde la Basílica, donde fue colocada en el presbiterio con un manto morado en señal de luto. La ceremonia fue culminada con el Himno de la Coronación. Un empleado de la Catedral, que también perdió su hogar en Catarroja, participó en las lecturas, aportando un testimonio conmovedor a la liturgia.

Desde el ámbito gubernamental, la representación en la misa recaía en la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, junto a otros ministros y la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana. La asistencia se complementó con la presencia del ‘president’ de la Generalitat, Carlos Mazón, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y otros políticos de la región, así como líderes empresariales importantes, como el presidente de Mercadona, Juan Roig.

Fuera de la Catedral, en la Puerta de los Hierros, un grupo de personas esperó la llegada de las autoridades con gran expectación. Sin embargo, entre el público, surgieron voces de protestas que dirigían gritos de “asesinos” y “cobardes” hacia los representantes políticos, quienes accedían por la Puerta de los Apóstoles. Muchos de los manifestantes llevaban pancartas con mensajes contundentes que exigían la dimisión de Mazón y criticaban su gestión ante la tragedia.

Las pancartas reflejaban una profunda frustración, con frases como “No avisasteis del peligro”, “Asesinasteis a nuestra familia” y “Vuestra incompetencia significó la muerte de nuestros familiares” resonando entre los asistentes. La ira también se dirigió hacia el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con algunos asistentes demandando su presencia y cuestionando la falta de apoyo militar durante la crisis.

Al final de la misa, mientras esperaban la salida de los Reyes, se escucharon gritos de desesperación como “Queremos ayuda, la estamos pidiendo” y acusaciones sobre corrupción política. Frases como “Mazón culpable, Sánchez responsables” reflejaron el sentir de aquellos que aún pesan sobre el grave costo de la tragedia que sacudió a la comunidad.