Rovira confía en resolver problemas en centros afectados por la dana antes del inicio del curso el 8, con un retraso mínimo.
 
                                        Masas de emociones y preocupaciones se apoderan de las familias de Massanassa, quienes han expresado su frustración ante lo que consideran un abandono a colegios que se vieron severamente afectados por la reciente barrancada. STEPV, el sindicato de trabajadores de la educación, también ha levantado la voz al afirmar que las obras no solo están retrasadas, sino que la situación es alarmante.
Con el inicio del curso escolar en la Comunidad Valenciana programado para el 8 de septiembre, el conseller de Educación, José Antonio Rovira, busca calmar los ánimos al asegurar que los problemas relacionados con retrasos en los suministros son mínimos y que se están realizando esfuerzos para que todo esté listo a tiempo. Durante una reciente visita al CEIP 106 Malilla en València, mencionó que la empresa encargada de las obras está trabajando arduamente para cumplir con los plazos establecidos.
A pesar de las declaraciones optimistas, las inquietudes siguen latentes, especialmente en Massanassa, donde asociaciones de padres y madres de alumnos han manifestado su temor sobre el verdadero estado de las obras. Según Rovira, aunque algunas tareas aún están pendientes, el retraso no debería ser significativo, posiblemente de uno o dos días. Sin embargo, estas afirmaciones generan dudas en una comunidad cansada de promesas incumplidas.
Los representantes de las AMPAs no ocultan su descontento, argumentando que esta situación es resultado de una falta de previsión y una gestión deficiente que ya han denunciado anteriormente. La organización STEPV también critica la respuesta de la administración ante lo que califican como "una situación de total abandono", haciendo eco del descontento del personal docente que se encuentra sin espacios adecuados para el inicio del curso.
Las instalaciones de los colegios aún carecen de servicios básicos como electricidad y conectividad a internet, y los funcionarios de educación han reportado riesgos por falta de limpieza y mobiliario en condiciones. Ante el inminente inicio de clases, la preocupación por la seguridad y preparación de los espacios escolares es palpable, con un clima de incertidumbre que se extiende entre el profesorado y los padres.
Mientras tanto, en otros municipios como Alfafar y Algemesí, también se han reportado trabajos de ajuste, pero el ruido festivo de las celebraciones ha postergado la atención a estos problemas. Las familias ven con inquietud cómo sus hijos pueden verse obligados a aplazar su derecho a la educación, preguntándose qué falló y qué podría haberse hecho de manera diferente.
La situación, por tanto, nos plantea un futuro incierto para el inicio del curso, con muchas voces dentro y fuera de la comunidad educativa que cuestionan la capacidad de la Conselleria de Educación y, específicamente, del conseller Rovira, para manejar una crisis que ya dura demasiado. La sensación de que todo sigue al borde del abismo está en el aire, mientras las familias esperan respuestas más concretas y soluciones efectivas que aseguren un buen comienzo escolar.
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