El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reiterado la postura del Ejecutivo Central sobre la gestión de la emergencia provocada por la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), asegurando que estaban listos "desde el primer segundo e incluso antes" para ofrecer una asistencia "proporcionada". Esta afirmación surge en un contexto donde la Generalitat Valenciana mantiene la dirección de los esfuerzos de ayuda, decisión que el presidente justifica por motivos de eficacia, respeto institucional y sentido de la responsabilidad. De acuerdo con Sánchez, el momento para discutir las posibles negligencias llegará más adelante.

Durante una reciente rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, donde se aprobó un paquete de medidas para apoyar a las zonas afectadas, Sánchez subrayó la importancia de no perder tiempo en la crisis. Destacó que "cada segundo es oro" y que el asumir el control por parte del Gobierno Central solo restaría efectividad a la respuesta de las autoridades locales. Es esencial, según él, que la Generalitat Valenciana mantenga su rol operativo en esta contingencia.

El presidente se refirió específicamente a las razones detrás de la decisión de no centralizar el mando, enfatizando que el Ejecutivo Central había estado preparado para actuar desde el inicio, aunque prefirió no entrar en una discusión política inmediata. Recalcó la necesidad de apoyar la labor excepcional de los servidores públicos a nivel autonómico, provincial y local, haciendo hincapié en que "todos somos Estado" y en el deber de cada administración de ejercer sus competencias adecuadamente.

Sánchez se mostró firme en su rechazo a un debate que implique la sustitución de autoridades: "Nosotros no vamos a entrar en el debate de quítate tú para ponerme yo", afirmando que el diálogo acerca de las negligencias y errores sería pertinente en otro momento. Según él, tanto en las Cortes Valencianas como en el Congreso de los Diputados habrá tiempo para examinar cómo mejorar los sistemas de protección civil y definir las responsabilidades correspondientes.

Por otro lado, el presidente mencionó que había notado "discursos diferentes" entre la Generalitat Valenciana y el Partido Popular, aunque optó por no profundizar en esta divergencia política, considerando que ese análisis corresponde a los medios de comunicación. Más allá de las controversias políticas, su foco permanece en la colaboración con la Generalitat y los gobiernos locales para restablecer la normalidad lo antes posible.

A pesar de las preguntas sobre posibles fallos y los mecanismos disponibles para que el Gobierno Central intervenga en caso de mala gestión por parte de una comunidad autónoma, Sánchez volvió a insistir en su decisión de no participar en "debates políticos" durante la crisis. Resaltó que la ciudadanía requiere una respuesta "urgente, eficaz y equitativa", dejando claro que el Gobierno Central estaba listo para enfrentar la situación desde el primer momento.

Las prioridades del Ejecutivo están claras: "salvar vidas, recuperar los cadáveres y darles la dignidad y el tratamiento que merecen", y solo después abordar la recuperación de infraestructuras y posteriormente el relanzamiento de la actividad económica en las áreas afectadas.

Además, Sánchez hizo referencia a las declaraciones de la víspera por parte del jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME), quien señaló que la responsabilidad de permitir la intervención de las fuerzas armadas recaía en el gobierno autonómico de Carlos Mazón, ya que los militares no podían acceder sin la autorización necesaria ante el nivel 2 de emergencia declarado.

Finalmente, el presidente del Gobierno subrayó que el dirigente de la UME fue "claro y diáfano" al indicar dónde residían las competencias, reafirmando que el Gobierno de España y las Fuerzas Armadas estaban listos para entrar en acción desde antes de que se activara la emergencia, mostrando su compromiso de apoyo en este momento crítico.