Psicólogos en la Comunidad Valenciana han hecho un llamado a reconocer y visibilizar las secuelas laborales que enfrentan las personas afectadas por desastres naturales, a un año de la devastadora dana que tuvo lugar el 29 de octubre de 2024.

Este pronunciamiento proviene del Col·legi Oficial de Psicologia de la Comunitat Valenciana (COPCV), que ha hecho hincapié en los efectos emocionales persistentes que las víctimas suelen experimentar, especialmente al aproximarse la fecha que marca el aniversario de la tragedia. Este fenómeno, conocido como 'reacción de aniversario', puede traer consigo síntomas de ansiedad, insomnio y una sensación de inseguridad.

Aprovechando la proximidad del Día Mundial de la Salud Mental, el COPCV ha destacado que, tras un desastre natural, las secuelas psicológicas no se resuelven simplemente con la reparación de los daños materiales. Estos efectos continúan manifestándose en el día a día, especialmente en los lugares de trabajo, lo que puede desencadenar lo que en psicología se denomina 'reacciones de aniversario'.

Esta reactivación emocional puede materializarse en síntomas como la hipervigilancia o la evitación de espacios que recuerdan el desastre. Además, algunos en la comunidad pueden sentir un temor renovado ante la posibilidad de nuevas tormentas o inundaciones, evidenciando que el trauma aún persiste en la sociedad.

La realidad es que, aunque no todos estos síntomas conllevan un diagnóstico clínico, reflejan la necesidad de apoyo social y atención psicológica especializada, según los expertos. Se requiere de un esfuerzo colectivo para ayudar a quienes atraviesan estas dificultades, enfatizan los psicólogos.

En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, se ha subrayado la relevancia del entorno laboral en la recuperación de los afectados. Pilar del Pueblo, vocal del COPCV y psicóloga del trabajo, subraya que las empresas deben entender estas reacciones no como signos de debilidad individual, sino como respuestas naturales tras experimentar una tragedia masiva.

Del Pueblo sugiere que reconocer el impacto emocional que genera un aniversario trágico puede ser clave para implementar medidas preventivas eficaces, tales como crear espacios de escucha y actividades que fomenten la cohesión dentro del equipo, así como brindar mensajes de seguridad que promuevan la resiliencia.

La dana tuvo un efecto devastador en muchas actividades empresariales, dejando a un número significativo de trabajadores sin empleo. Esta situación no se limita únicamente a la pérdida económica, sino que también provoca una crisis en la identidad profesional y un golpe a la seguridad personal, explica Del Pueblo.

Las personas afectadas por la pérdida de su trabajo pueden experimentar una深ensa sensación de incertidumbre, desesperanza y desánimo, ya que su situación también implica el desmoronamiento de su red social. No obstante, aquellos que consiguieron retomar sus labores, igualmente enfrentan un escenario emocional complicado.

Desde el COPCV, se insta a no conformarse con soluciones puramente económicas y se clama por la implementación de programas de apoyo psicosocial, orientación laboral y espacios para la expresión emocional que ayuden a restaurar el sentido de pertenencia y autoestima de los afectados.

El COPCV ha puesto en marcha el Proyecto Dana Empresas, que incluye talleres gratuitos destinados a mejorar el bienestar emocional en los espacios laborales afectados. La experiencia de Pilar del Pueblo y sus colegas sugiere que, en términos de salud laboral, la situación actual se caracteriza por una extraña mezcla de resiliencia y vulnerabilidad.

Los diferentes niveles jerárquicos en las organizaciones viven esta situación de manera diferente; mientras que la dirección enfrenta la presión de mantener la empresa a flote, los trabajadores pueden sentirse desmotivados y exhaustos. En este contexto, resulta esencial promover un ambiente laboral que fomente la comunicación, el reconocimiento de los logros y la flexibilidad.

Un elemento clave para la recuperación emocional en el ámbito laboral es el liderazgo. Aunque a menudo se espera que los líderes oculten sus emociones, en la realidad, también experimentan el impacto del trauma. Mostrar una vulnerabilidad controlada no debilita su autoridad, sino que cimenta la confianza entre los miembros del equipo, quienes deben cuidar tanto de sí mismos como de los otros.