VALÈNCIA, 21 de julio

La Policía Nacional ha llevado a cabo una operación que ha resultado en la desarticulación de una organización criminal con base en Valencia, la cual se dedicaba a la explotación laboral de inmigrantes en situación irregular. Este hecho ha sido confirmado en un comunicado emitido por la Jefatura Superior de Policía.

En el transcurso de esta operación, se han arrestado a ocho individuos, cuyas edades oscilan entre los 24 y 57 años. Son considerados presuntos responsables de diversos delitos, que incluyen pertenencia a una organización criminal, violaciones a los derechos de los trabajadores, así como amenazas y lesiones.

Las indagaciones que llevaron a estos arrestos comenzaron en marzo después de que un hombre denunciara haber escapado de sus captores. Este varón había estado retenido en un piso de València tras sufrir un accidente laboral severo, mientras trabajaba en condiciones de explotación. Según se ha detallado, recibió amenazas de muerte si decidía reportar lo sucedido.

La Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Valencia fue clave en la identificación de las ocho personas involucradas en esta red criminal. Se constató que su modus operandi consistía en atraer a inmigrantes indocumentados con promesas vacías de regularización a través de contratos de trabajo y altas en la Seguridad Social, solo para someterlos a largas jornadas en el sector agrícola bajo condiciones precarias y pagos mezquinos.

La organización tenía una estructura jerárquica definida. El líder utilizaba su empresa para reclutar a familiares y amigos, quienes desempeñaban funciones específicas: desde el transporte de los trabajadores hasta la gestión financiera y la vigilancia para evitar que las víctimas escaparan, según la información proporcionada por la Jefatura Superior de Policía.

El punto de partida para la investigación fue un accidente laboral que sufrió uno de los trabajadores mientras descargaba camiones durante la temporada de cosechas. Tanto el líder de la organización como el empresario para quien trabajaba el hombre no prestaron ningún tipo de asistencia, y en su lugar, lo trasladaron en una furgoneta para ocultar el incidente.

Después de su intervención, los miembros de la organización retuvieron al hombre en un domicilio de València, donde fue agredido y amenazado para que no denunciara la situación. A pesar de estas amenazas, el hombre logró escapar y alertar a la Policía Nacional, lo que llevó a la desarticulación del grupo criminal y a la detención de sus integrantes.

Los ocho detenidos, tres de ellos con antecedentes criminales, fueron finalmente puestos en libertad tras declarar y tras ser notificados de su obligación de presentarse ante la autoridad judicial cuando se les requiera.