VALÈNCIA, 11 Nov. - En tiempos de crisis como la que actualmente atraviesa España debido a la DANA que ha golpeado con fuerza diversas regiones, en especial la provincia de Valencia, se genera un ambiente propicio para la propagación de desinformación. Este fenómeno, que no solo induce sentimientos de "miedo" en la población, puede obstaculizar la adopción de decisiones adecuadas y necesarias. Tal como expresan especialistas en el ámbito informativo, la difusión de noticias falsas durante situaciones de emergencia es un acto de insolidaridad que agrava el sufrimiento de quienes ya son víctimas de la tragedia.

Con más de 220 muertes confirmadas a causa de este temporal, la proliferación de bulos ha sido objeto de análisis por parte de expertos, quienes dialogaron con Europa Press sobre la problemática creciente de las fake news relacionadas con esta catástrofe. La catedrática de Periodismo de la Universitat de València (UV), Carolina Moreno, afirma que estas informaciones engañosas "erosionan la confianza" en las instituciones públicas, lo que lleva a una pérdida de credibilidad que puede ser destructiva en momentos de crisis.

Moreno alega que la dispersión de bulos resulta difícil de controlar, dado que no existe un mecanismo eficaz para frenar la difusión de vídeos manipulados o falsos, especialmente aquellos generados por la Inteligencia Artificial. "El gran problema radica en que los bulos son percibidos como información veraz; el lector común tiende a creer que lo que ve es real", sostiene la experta.

En su análisis, Moreno subraya que, aunque se intenta combatir estos rumores, "nadie puede evitar que un individuo decida compartir información distorsionada". Los bulos son inherentemente maleables y tienden a multiplicarse en períodos de crisis, aprovechando las emociones y vulnerabilidades de la ciudadanía, añade.

Frente a la pregunta de cómo contrarrestar estas mentiras perjudiciales, Moreno señala que las instituciones tienen "cierto grado de responsabilidad", ya que hoy en día la población opta por informarse a través de redes sociales y aplicaciones de mensajería como WhatsApp y Telegram, existentes en nuestro día a día. Señala con firmeza que debe exigirse a las autoridades que la información que proporcionan sea "creíble, confiable y clara", al mismo tiempo que instó a una mayor transparencia y el establecimiento de "filtros de calidad" para evitar la desinformación.

Moreno también hace hincapié en un problema crónico en España: la falta de confianza hacia los medios de comunicación. A pesar de que durante la reciente pandemia se observó una mejoría en la alineación de los medios con las instituciones, aún persiste una desconexión alarmante entre lo que los periodistas conocen y lo que realmente llega a la ciudadanía. Esta distancia provoca una percepción errónea de la información disponible.

Aunque los bulos suelen circular principalmente a través de plataformas digitales, la experta no los considera intrínsecamente malignos. "Las redes sociales son simplemente canales a través de los cuales se comparte una variedad de información: desde bulos hasta datos verídicos", aclara. Sin embargo, advierte que este entorno se convierte en un "cóctel" que genera "ansiedad" y "sobrecarga emocional", enfatizando que el problema recaerá en el contenido y no en el canal mismo.

Desde que la DANA devastó la comunidad valenciana, múltiples bulos han sido reportados, algunos extralimitándose incluso en crueldad, como aquellos que clamaban sobre centenares de muertes en un aparcamiento. "Los creadores de bulos buscan sensacionalismo y 'clickbait' para atraer atención", expone Carolina Moreno.

En un contexto más amplio, la especialista también tocó el tema sobre el papel de los 'influencers' en la difusión de desinformación, reiterando hallazgos de un estudio de la Unión Europea que evidenció que el 97% de los 'influencers' analizados compartían contenido comercial, pero solo el 20% lo etiquetaba correctamente como publicidad.

Por su parte, el presidente de la Unió de Periodistes Valencians, Vicent Marco, resalta la imperiosa necesidad de combatir la desinformación, que se ha convertido en uno de los principales desafíos del periodismo. Marco advierte que las "únicas fuentes realmente confiables son aquellas que han sido contrastadas, aunque puedan tener su sesgo".

Insistiendo en la responsabilidad social, Marco subraya que es crucial no contribuir a la propagación de bulos, dado que estos solo "incrementan el sufrimiento de las víctimas". Por ello, llama a ejercer un sano escepticismo hacia los "pseudomedios" y "pseudoperiodistas", recomendando una evaluación rigurosa de la información antes de compartirla.

Finalmente, en relación con la DANA en Valencia, Marco ha lamentado el aumento de la desinformación y ha señalado que la indignación de los afectados ha servido como "pólvora" para su difusión. Es una reflexión importante para todos aquellos que buscan navegar por la información en tiempos de crisis.