Crónica Valencia.

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València experimenta alza en consumo de cocaína en última década, revela estudio de aguas residuales.

València experimenta alza en consumo de cocaína en última década, revela estudio de aguas residuales.

La ciudad de València ha experimentado un aumento del consumo de cocaína en la última década, siguiendo la tendencia observada en toda Europa. Además, se ha observado un aumento en el consumo de éxtasis durante los fines de semana y fiestas locales, especialmente durante Las Fallas.

Estos datos se obtuvieron a través de un estudio del Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE, UV-CSIC-GVA) que analizó las aguas residuales de la ciudad de València entre 2011 y 2020 para evaluar el consumo de drogas.

Según el estudio, el cannabis, el tabaco y la cocaína fueron las drogas más consumidas en la ciudad, especialmente los fines de semana y durante festividades. Este enfoque basado en el análisis de las aguas residuales ha demostrado ser eficaz para detectar nuevas sustancias de abuso y los cambios en los patrones de consumo.

El estudio también reveló un aumento en el consumo de cocaína, metanfetamina y éxtasis a partir de 2018. Otras drogas como la codeína, la bufotenina y las anfetaminas también fueron detectadas, aunque en menor medida.

Según los investigadores, estos resultados son similares a los encontrados en otras ciudades españolas y coinciden con las estimaciones realizadas para toda la Unión Europea.

Los informes de drogas a nivel europeo también han identificado la cocaína como una de las drogas más consumidas y decomisadas en Europa, y el Observatorio Español sobre Drogas y Adicciones (OEDA) confirmó que la cocaína tiene una alta prevalencia de consumo en España, después del alcohol y el tabaco.

En resumen, este estudio destaca el aumento del consumo de drogas en la ciudad de València, con un mayor énfasis en el consumo de cocaína y éxtasis durante los fines de semana y festividades. El análisis de las aguas residuales ha demostrado ser una herramienta eficaz para evaluar los patrones de consumo de drogas en una ubicación específica, complementando los indicadores epidemiológicos tradicionales.