El Ayuntamiento de València ha decidido llevar a cabo una restauración integral del monumento dedicado a las víctimas del trágico accidente de metro del 3 de julio de 2006, en el que perdieron la vida 43 personas. Este año se conmemora el vigésimo aniversario de dicha tragedia, lo que ha motivado la acción del consistorio para asegurar que el memorial esté en óptimas condiciones.
Los trabajos están programados para realizarse durante el primer semestre de 2026, una vez se obtengan los informes técnicos y los presupuestos pertinentes, además de tramitar el contrato administrativo correspondiente. La intención es que el memorial, que rinde homenaje a las víctimas, resplandezca adecuadamente para esta fecha tan significativa, tal como se ha señalado en un comunicado oficial del Ayuntamiento.
Este emotivo monumento, cuyo coste asciende a 18.500 euros, fue creado por la artista alemana Anja Krakowski, quien vive en València. Su diseño incluye cuatro paneles de vidrio laminado dispuestos en ángulos rectos sobre muretes de hormigón. Sobre ellos, se encuentran dispuestos 43 relojes blancos —uno por cada víctima— que marcan la hora fatídica, 13:03, junto a siete relojes negros.
Inaugurado en 2016 y cedido al Ayuntamiento, el memorial está situado en un pequeño jardín en la intersección de Sant Vicent Màrtir y las calles Mestre Sosa y Roís de Corella, justo en el punto donde ocurrió el siniestro. El compromiso del Ayuntamiento es trabajar en la mejora del espacio, teniendo en cuenta la opinión de la Asociación de Víctimas del Metro, que se ha reunido con expertos para evaluar el estado actual del monumento.
Una inspección reciente reveló que 21 de las 43 esferas blancas de los relojes han perdido su posicionamiento original, lo que impide que marquen la hora del accidente. Esto podría deberse a las vibraciones provocadas por el transito del metro, así como a una inadecuada fijación de las esferas. Por otro lado, las esferas negras han sufrido daños por la exposición al sol, afectando su color y provocando desprendimientos en el vinilo que las cubre.
Asimismo, varias esferas presentan problemas de condensación interna, lo que se agrava por un sellado que no cumple con los estándares necesarios. También se ha notado la desaparición de algunos tornillos que fijan las carcasas de los relojes, y la base de hormigón que sostiene el monumento no ofrece información ni acceso a los datos que la Asociación había dispuesto sobre el accidente. Además, se ha identificado una esfera de vidrio que se encuentra rota en la parte trasera del monumento.
Frente a esto, el Servicio de Patrimonio Histórico y Artístico ha propuesto la sustitución de las esferas deterioradas, así como la fijación adecuada a las carcasas metálicas y el sellado de las uniones entre el vidrio y el perfil. También se contempla la reposición de tornillos faltantes y el reemplazo de las esferas de vidrio que están dañadas.
En relación a la señalización informativa que hasta ahora no ha funcionado como se esperaba, se está evaluando la opción de instalar un atril metálico cercano al monumento, que incluya un código QR para que los visitantes puedan acceder fácilmente a información sobre la tragedia.
José Luis Moreno, concejal de Acción Cultural y Patrimonio, ha expresado que el objetivo del gobierno municipal es “devolver el esplendor a este lugar, manteniendo su esencia y simbolismo como espacio de recuerdo para las 43 personas que lamentablemente perdieron la vida aquel día”. Moreno también ha enfatizado la importancia de colaborar estrechamente con la autora del monumento, así como con los familiares de las víctimas y las organizaciones que los representan, actuando siempre con el respeto y la sensibilidad que se merecen.
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