"Valentina y Alba, falleras de Catarroja, respondan con determinación ante la cancelación de su exaltación por la dana: "Superaremos este obstáculo"."
En la localidad de Catarroja, Valencia, la falla l'Albufera ha sufrido daños importantes tras las devastadoras inundaciones del 29 de octubre, que causaron la muerte de 25 personas y arrasaron gran parte de la zona. Ahora, la comisión, que estima unos costes de reparación ascienden a 30.000 euros solo en materiales, hace un ferviente llamado para que las ayudas del gobierno también se extiendan a los casales falleros, los cuales han sido igualmente afectados.
El 17 de noviembre de 2024 estaba destinado a ser un día de celebración para los miembros de la falla l'Albufera, en especial para sus máximos representantes, Alba, Valentina, Jonás y Javier, quienes se preparaban para su exaltación. Sin embargo, el devastador impacto de la dana interrumpió estos planes y dejó a los falleros enfrentando no solo la pérdida de un evento significativo, sino también de parte de su patrimonio cultural.
Javier Pérez, presidente de la comisión, compartió su desánimo con Europa Press. La exaltación fue cancelada, y el lugar donde debía celebrarse, el Teatro TAC Catarroja, quedó completamente destruido. Además, la situación se complicó cuando la fallera mayor infantil, Valentina, descubrió que dos de sus trajes de valenciana estaban empapados de barro y tuvo que llevarlos a la tintorería en un intento por "salvarlos".
Pérez comentó que, tras la tragedia, muchos falleros se sintieron desalentados. La falla grande también fue afectada, con parte de sus figuras dañadas tras ser arrastradas por las inundaciones. Aunque lograron recuperar algunos "ninots", todavía necesitan la evaluación del artista fallero para determinar el estado de las piezas. El sentimiento general dentro de la comisión es uno de melancolía y desafío, pero no falta un espíritu de resiliencia.
A pesar de la desolación, los falleros decidieron organizar un acto sencillo para sorprender a sus representantes, tratando de infundir un poco de alegría entre la tristeza. Este evento tuvo lugar el pasado domingo en la plaza de la Llotgeta, donde se montaron altavoces, se izó la 'senyera' y se mostró el estandarte de la falla, aún con los rastros de barro que simbolizan las adversidades enfrentadas.
La sorpresa fue bien recibida, y el presidente Pérez relata que las falleras mayores y el presidente infantil no esperaban la concurrencia de los miembros de la comisión al evento. Los integrantes de la falla se unieron para hacer de esta ocasión un momento inolvidable, rememorando la importancia de la comunidad fallera en tiempos difíciles.
Asimismo, la comisión hizo un esfuerzo por recrear el espectáculo que habían preparado para la exaltación, adaptándolo a las circunstancias actuales. Aunque los planes de poner en marcha la celebración se han visto truncados, la esperanza de un futuro evento aún perdura entre los falleros, quienes confían en recuperarlo en algún momento.
El desastroso paso de las inundaciones dejó su huella en el casal de la falla, que quedó impracticable, con una evidencia de devastación visible al llegar al local: el agua alcanzó alturas de hasta 1,80 metros, dejando una imagen de caos. Pérez recuerda cómo intentó rescatar pertenencias, pero la entrada estaba completamente destruida. La preparación para la exaltación, que había requerido semanas de trabajo, ha sido arrasada junto con maquinarias y otros materiales esenciales.
A pesar de enfrentar estas dificultades, la comisión no se quedó de brazos cruzados. Junto a otras organizaciones de la localidad, transformaron el casal en un punto de ayuda para los afectados, enfocándose en atender las necesidades de quienes sufrieron pérdidas. La esencia del espíritu fallero brilla con fuerza, empujándolos a seguir adelante, con la meta de restablecer su dignidad y celebrar su fiesta.
Con optimismo, la comisión de l'Albufera se aferra a la posibilidad de celebrar las Fallas de 2025 el próximo marzo. Sin embargo, Pérez advierte que el camino será duro, con la necesidad de cancelar casi todos los eventos a medida que se concentran en la limpieza y desinfección del casal. La recuperación de la actividad podría esperar hasta mediados de enero o febrero, lo que da un toque de incertidumbre, pero también de esperanza.
Desde la falla, invitan a la comunidad a unir esfuerzos para respaldar el tejido asociativo de Catarroja, que abarca no solo las festividades, sino también las empresas locales, bares y asociaciones. En este sentido, hacen eco de una urgente necesidad: que las ayudas se extiendan a los casales que también sufrieron como resultado de las inundaciones. La ayuda debe estar disponible para todos y no solo para aquellos que se consideran prioridades.
El presidente Pérez ha expresado su preocupación de que las administraciones no reconozcan la verdadera magnitud de las pérdidas y la necesidad de ayuda que enfrenta la comisión. Hasta el momento, las estimaciones apuntan a que, solo en materiales, las pérdidas superan los 30.000 euros. Este dato pone en relieve la situación precaria en la que se encuentran y la urgencia de acción por parte de las autoridades.
Finalmente, la comisión l'Albufera concluye con un mensaje de unión y esperanza: “Juntos volveremos a hacer brillar las Fallas de Catarroja. Saliremos del barro y juntos disfrutaremos de nuestra fiesta”. El camino hacia la recuperación será desafiante, pero con determinación y esfuerzo colectivo, buscarán convertir las adversidades en un motivo de renovación y celebración.
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