Bomberos del Consorcio denuncian escasez de recursos: "La situación ya era crítica y la dana nos ha sobrepasado"
El 29 de octubre se vivió una jornada dramática en Valencia, marcada por un incesante número de rescates desde primera hora de la mañana. A las 6:44 horas, se inició la respuesta a la emergencia, pero el panorama se tornó desolador: 1.700 llamadas quedaron sin atender, las comunicaciones se perdieron y equipos de rescate quedaron atrapados en medio de la tormenta que azotó la región.
Los bomberos del Consorcio Provincial de Valencia han advertido de un grave “problema estructural” en su organización, caracterizado por un déficit de personal que alcanza el 16%. Esta situación se ha interpretado como una estrategia para ejercer un control político sobre el funcionamiento del servicio de emergencias, un punto que ha generado inquietud entre los trabajadores del sector.
Durante una reciente rueda de prensa convocada por UGT Serveis Públics, los bomberos manifestaron estar “absolutamente desbordados” debido no solo a la falta de personal, sino también a la ausencia de directrices claras en situaciones críticas. “La dana nos ha ahogado”, reconocieron, subrayando la frustración de querer ayudar y no poder hacerlo debido a recursos escasos.
La urgencia de la situación se hizo evidente desde el primer momento. Según relataron, el primer rescate se llevó a cabo a las 6:44 en la N-322, en el término de Requena, en contraste con las declaraciones del presidente Carlos Mazón, quien mencionó que el primer rescate ocurrió a las 14:29 en Utiel. Marcel Montero, secretario general de UGT en el cuerpo de bomberos, enfatizó que el rescate urbano tuvo lugar diez horas antes del que indicó Mazón.
Por otro lado, el sargento Gregori Fayos, que estuvo en la central durante la crisis, reveló que entre las 8:00 del 29 de octubre y las 8:00 del 30, había una continua avalancha de llamadas del 112. “El día 30 terminé sin parar ni un segundo, y ese día se quedaron 1.700 llamadas en cola sin atender”. La gravedad de la situación se intensificó con personas en peligro inminente, como aquellos que se estaban ahogando, hizo eco el responsable del sindicato de bomberos, Antonio Segovia.
Segovia, quien estaba de guardia en la zona de Paterna-Burjassot-L'Eliana, relató que alrededor del mediodía comenzaron a trasladarse a Quart de Poblet y Manises para rescatar a familias y vehículos atrapados. “A partir de ahí, fue un no parar”, relató, lamentando que en ningún momento recibieron información sobre desbordamientos o inundaciones. “No éramos conscientes de la magnitud de lo que se nos venía encima", agregó.
Con el paso de las horas, especialmente a partir de las 17:00, el volumen de servicios de emergencias aumentó significativamente en áreas como Chiva, Cheste y Godelleta. Segovia recordó un momento inquietante cuando quedaron atrapados en la A-3, en medio de la tormenta y sin acceso a la central de emergencias, diciendo: “Estábamos aislados por una isla de agua, de noche, lloviendo y sin información”.
Fayos también acentuó la difícil situación que enfrentaron, donde se vio la necesidad de realizar rescates por parte de equipos que no podían salir de sus ubicaciones debido a las condiciones extremas. La magnitud de la tragedia llevó a la conclusión de que los recursos del Consorcio estaban muy por debajo de lo necesario?
El cabo Vicent Alapont, coordinador del grupo de rescate GERA, enfatizó que la tragedia en Valencia excedió las capacidades operativas de cualquier servicio en el mundo. “La respuesta mejora con más recursos económicos, y aquí históricamente, pocos han decidido invertir lo suficiente en el consorcio”, declaró, añadiendo que la falta de financiamiento ha resultado en una situación insostenible en términos de personal y equipamiento.
Fayos añadió que si la plantilla hubiera estado al 100%, la respuesta a la emergencia hubiera sido mucho más efectiva. Sin embargo, cada año, se reporta una falta de personal del 16%, un problema que se repite en el tiempo sin solución visible.
Finalmente, el delegado sindical de UGT, Helios Martín, abordó un tema preocupante: la falta de convocatoria de plazas, especialmente de inspectores. “Actualmente solo hay dos inspectores, y están presupuestadas otras seis”. Afirmó que esta situación puede ser parte de un control político sobre la dirección del Consorcio, ya que contar con más personal permitiría un manejo más efectivo de las necesidades del servicio, que actualmente no están siendo atendidas adecuadamente.
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