CaixaBank Research observa una "recuperación desigual" en el consumo y el comercio un año tras la dana.
La recuperación económica tras las devastadoras inundaciones que azotaron la provincia de Valencia el año pasado presenta un panorama desigual en localidades como Alfafar, Massanassa y Sedaví. A pesar de que algunos sectores han mostrado signos de remontar, el comercio local aún lucha por volver a los niveles de actividad previos al desastre.
Según el análisis realizado por CaixaBank Research y publicado el 25 de octubre, el impacto de la dana fue notoriamente distinto entre los municipios, así como entre el tamaño de las empresas y los perfiles socioeconómicos. La investigación, fundamentada en datos sobre pagos con tarjeta y transacciones en puntos de venta, arroja que el gasto de los residentes cayó drásticamente un 47% durante la semana siguiente a la catástrofe, aunque se recuperó con rapidez, incluso superando la media nacional en un mes.
Sin embargo, la situación para los comercios más cercanos al epicentro de la inundación fue alarmante. Estos establecimientos experimentaron una caída en su facturación del 83% justo después del evento y no lograron alcanzar niveles de actividad normal durante más de seis meses. De hecho, la recuperación completa tardó hasta ocho meses en llegar, evidenciando la falta de equidad en la recuperación entre las diferentes áreas afectadas.
El informe de CaixaBank Research resalta que, aunque el consumo de los ciudadanos en lugares como Alfafar y Paiporta creció en septiembre más de un 20% en comparación con el mismo mes del año anterior, la facturación de los comercios locales solo aumentó un 10%. Esto se debe en parte a que muchas tiendas no han reanudado sus operaciones, lo que ha limitado aún más la recuperación del comercio en estas localidades.
Curiosamente, la región más perjudicada por la dana presenta un mayor número de negocios activos que antes de la crisis, pero en Alfafar, Massanassa y Sedaví, la recuperación sigue siendo incompleta. La disparidad en la evolución económica se vuelve más evidente al analizar los efectos en diferentes estratos de la población. Aquellos con ingresos más bajos fueron los más afectados, sufriendo una reducción del 82% en su consumo, comparado con una caída del 40% entre los ciudadanos de mayores ingresos.
En el período comprendido entre diciembre de 2024 y septiembre de 2025, el aumento en el consumo de las rentas bajas fue del 12%, inferior al 16% registrado por los hogares de rentas altas, lo que acentúa la brecha existente. En cuanto a los negocios, el tamaño ha influido de manera significativa en sus capacidades de recuperación. Mientras que las grandes empresas vieron una caída del 85% en su facturación tras la dana, lograron recuperar su desempeño para septiembre de 2025, las pequeñas empresas enfrentaron un descenso del 98% y aún un año después, su facturación permanece más de un 10% por debajo del mismo periodo del año anterior.
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