Un grupo de investigadores de la Universitat Politècnica de València ha anunciado que han logrado importantes avances en el estudio de cómo los vasos sanguíneos que se forman en el glioblastoma (GB), un tipo de cáncer cerebral agresivo, impactan en su comportamiento y crecimiento.
Según los resultados publicados en la revista científica 'Heliyon', se han identificado genes específicos asociados con una alta incidencia en el glioblastoma y su relación con un pronóstico desfavorable.
Entre los investigadores que llevaron a cabo esta investigación se encuentran Víctor Montosa, María del Mar Álvarez, Javier Gil, María Gómez, Carles López, Juan Miguel García y Elies Fuster, todos miembros del grupo BDSLab, junto con Rebeca Burgos del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe.
El glioblastoma (GB) es el tumor cerebral maligno primario más común y agresivo, representando una gran parte de los tumores cerebrales malignos. La formación de nuevos vasos sanguíneos dentro del tumor, conocida como vascularidad, desempeña un papel fundamental en su desarrollo y progresión.
Víctor Montosa, líder de la investigación, explicó que una mayor vascularidad permite que el tumor reciba más nutrientes y oxígeno, favoreciendo su rápido crecimiento y resistencia a tratamientos tradicionales como la cirugía, radioterapia y quimioterapia.
Por tanto, se identificaron mecanismos genéticos relacionados con la vascularidad en el glioblastoma con el objetivo de desarrollar tratamientos más efectivos y mejorar el pronóstico de los pacientes.
La investigación utilizó tecnología avanzada para examinar la vascularidad en tumores cerebrales, empleando parámetros de imagen por resonancia magnética y datos de secuenciación de ARN del proyecto TCGA-GBM.
Juan Miguel García, responsable del grupo BSDLab, mencionó que analizaron 147 muestras de ARN y 15 de ellas también tenían información de imágenes de resonancia magnética. Esto les permitió identificar 21 genes relacionados con la vascularidad en tumores, especialmente activos en aquellos con alta vascularidad.
Según el estudio, estos genes no solo están vinculados con una mayor formación de vasos sanguíneos en los tumores, sino que también se relacionan con una peor supervivencia en los pacientes.
Víctor Montosa agregó que se encontraron diferencias significativas en las tasas de supervivencia entre pacientes con alta vascularidad y aquellos con moderada vascularidad.
En resumen, el trabajo destaca la importancia de llevar a cabo estudios de validación adicionales con muestras más grandes y sistemas más precisos de ponderación genética para confirmar el potencial de estos genes como biomarcadores de pronóstico en el glioblastoma.
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