Se espera que el puente sobre el Turia en Riba-roja, en la carretera CV-336, esté abierto al tráfico a partir del próximo día 11 de diciembre. Este avance se debe a la colaboración activa entre la Diputació de València y la Unidad Militar de Emergencias (UME), que actualmente están en pleno proceso de instalación de una pasarela provisional tras los daños ocasionados por la reciente dana.

La instalación del puente está prevista para finalizar el próximo viernes, y desde ese momento, los operarios de la Diputació comenzarán a realizar los trabajos necesarios para acondicionarlo. Estas labores incluirán asfaltados, la colocación de barreras de seguridad y la correspondiente señalización, todo con el objetivo de restaurar la operatividad lo antes posible.

Reme Mazzolari, vicepresidenta segunda y responsable de Carreteras, ha enfatizado que esta situación es un claro reflejo de la rapidez con la que se están reestableciendo las comunicaciones afectadas por la dana. Mazzolari ha destacado la importancia de la colaboración fluida entre la UME y la Diputació para lograr esta eficiencia en las operaciones de rehabilitación.

Además, en una muestra del compromiso de la Diputació con la recuperación de infraestructuras, Mazzolari ha mencionado la reciente apertura del puente de Buñol, considerado vital para el transporte de pasajeros y mercancías en la comarca. Gracias al esfuerzo conjunto de las instituciones implicadas, se ha logrado salvar este obstáculo en un tiempo récord, lo que demuestra la necesidad imperante de restablecer las conexiones en la región.

La Diputació de València ha hecho de la restauración del tránsito en todas las vías de la red provincial una prioridad, así que, como parte de esta iniciativa, se han aprobado de forma urgente obras de reparación por un valor de aproximadamente 25 millones de euros. De esta cifra, 12 millones están destinados a iniciar la reconstrucción de los puentes esenciales para el acceso a núcleos urbanos.

Asimismo, se prevé que estas inversiones se amplíen en el presupuesto de 2025, el cual está siendo elaborado para atender adecuadamente los efectos derivados de la dana y garantizar así una infraestructura más robusta y resiliente en el futuro.