VALÈNCIA, 28 Mar. – La reciente implementación de aranceles por parte de Estados Unidos sobre las importaciones del sector automotriz no tendrá ningún efecto en la producción de vehículos de la Comunitat Valenciana, la cual se enfoca principalmente en el mercado europeo. Sin embargo, se advierte que las repercusiones serán más notables para la industria de componentes de automóviles.
Durante 2024, las exportaciones del sector automotriz valenciano hacia Estados Unidos alcanzaron los 186,08 millones de euros, siendo la mayoría, unos 184,68 millones de euros, atribuibles a la industria de componentes. Esta información proviene de un análisis realizado por Cámara Valencia, que detalla las consecuencias del anuncio del presidente estadounidense Donald Trump sobre la imposición de un arancel del 25% para todos los automóviles importados, que también afectará a piezas esenciales como motores y componentes eléctricos.
Hasta el año 2023, la Comunitat Valenciana lideraba las exportaciones del sector automotriz hacia Estados Unidos en España. Sin embargo, en 2024 se registró un notorio descenso en la venta de vehículos completos a dicho mercado, en gran parte debido a la reducción de la producción de modelos por parte de Ford en su planta de Almussafes, Valencia, que ha dejado de fabricar la furgoneta Transit y se ha orientado hacia el mercado europeo.
De acuerdo con el informe, el impacto sobre la exportación de vehículos terminados será mínimo, ya que actualmente, las exportaciones desde la Comunitat Valenciana se han redirigido mayoritariamente hacia Europa. Para ilustrar, las exportaciones de vehículos y furgonetas hacia Estados Unidos en 2024 sumaron solo 1,4 millones de euros, mientras que las ventas de automóviles cayeron drásticamente de 88 millones en 2023 a poco más de un millón el año siguiente.
En consecuencia, los expertos de Cámara Valencia subrayan que la afectación más significativa recaerá en los componentes automotrices, especialmente en motores y ejes de transmisión, a pesar de que la participación del mercado estadounidense ha disminuido en años recientes, sigue siendo relevante.
La planta de Ford Almussafes, por ejemplo, exportó 539 millones de euros en motores a nivel global en 2024, lo que representa casi un 20% menos que en el año anterior. De esa cantidad, el 70% tuvo como destino México, Estados Unidos y Canadá. En los últimos cuatro años, se ha priorizado el crecimiento en las fábricas de México y Canadá, a expensas de las de Estados Unidos.
En el caso de las exportaciones de motores a Estados Unidos, en 2024 se reportaron 19,8 millones de euros en motores diésel, 41,7 millones en motores de combustión y 65,4 millones en piezas relacionadas. Además, la Comunitat Valenciana exportó 49 millones de euros en componentes como ejes de transmisión, volantes y embragues, con más de un tercio destinado al mercado estadounidense. También se enviaron partes de vehículos por un valor de 40 millones de euros a Estados Unidos.
Cámara Valencia ha alertado que, a pesar de que parte de las exportaciones de componentes se dirigen a México y Canadá, estas podrían verse limitadas por las exigencias del Tratado de Libre Comercio que requieren un contenido mínimo estadounidense para estar exentos del arancel.
El informe también destaca que si la industria automotriz europea, en especial la alemana, británica y francesa, sufre un impacto por estos nuevos aranceles, esto podría dar lugar a una caída en las exportaciones de las empresas valencianas de componentes. Sin embargo, se señala que durante la última década, las empresas del sector han centrado sus esfuerzos en diversificar mercados y marcas, así como en mejorar calidad y eficiencia, lo que les otorga una mayor capacidad para enfrentar cambios en el entorno internacional.
De cualquier modo, el estudio indica que los aranceles anunciados por el presidente Trump generan un efecto distorsionador en una industria global, ya que las cadenas de suministro son altamente interdependientes. Esto provocará un aumento en los costes de producción, un incremento en el precio final de los productos y un impacto negativo en las decisiones de inversión de las grandes corporaciones.
Además, se resalta que esta medida se presenta en un momento crucial para la industria automotriz europea, que se encuentra en plena transición hacia el vehículo eléctrico. Se insta a la industria a aprovechar esta fase a través del respaldo público, para enfocarse en la inversión en innovación y tecnología, asegurando así la competitividad del producto europeo en el mercado global.
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