VALÈNCIA, 17 de marzo.

La vibrante Ofrenda a la Virgen de los Desamparados está capturando el espíritu de València desde esta tarde, a pesar de las inclemencias meteorológicas que han traído lluvia y frío al evento. Miles de falleras y falleros se han reunido en el corazón de la ciudad, mostrando la devoción y el fervor que caracterizan esta tradición.

Se estima que más de 100.000 personas desfilarán en los próximos días ante la imagen de la 'Mare de Déu dels Desemparats', conocida cariñosamente por los valencianos como 'Geperudeta'. Este emotivo encuentro es uno de los momentos más esperados del calendario fallero local.

El evento ha comenzado hoy a las 15:30 y se extenderá hasta la madrugada del miércoles, cerrando un ciclo de celebraciones muy arraigadas en la cultura de la ciudad que se llevan a cabo cada 17 y 18 de marzo.

Los recorridos de la Ofrenda siguen su trayectoria habitual, abarcando la calle de la Paz y la calle San Vicente, culminando en la emblemática plaza de la Virgen, donde se localiza un impresionante 'cadafal' que alberga la venerada imagen de la patrona, sostenida por el Niño Jesús.

Allí, las falleras de las diversas comisiones que conforman la Junta Central Fallera (JCF), así como representantes de localidades cercanas, presentarán sus ramos de flores, que irán tejiendo un elaborado tapiz a los pies de la imagen, siempre un misterio hasta su revelación final. Este año, el diseño estará confeccionado con claveles blancos y rojos.

Además de las falleras, también participarán falleros de todas las edades, en un desfile que refleja la unión y la alegría de las comisiones, que este año suman un total de 120.235 miembros en la JCF.

De cara a la Ofrenda de 2025, se prevé la inclusión de comisiones de localidades vecinas que fueron impactadas por la DANA del pasado 29 de octubre. También es relevante mencionar que en esta edición, todas las comisiones llevarán un chip en su estandarte, lo que permitirá medir con precisión los tiempos y ratios de paso durante el evento, un avance que busca modernizar la tradición sin perder su esencia.