VALÈNCIA, 9 de diciembre. La Catedral de València fue el escenario de una conmovedora misa funeral en honora a las víctimas de la dana que asoló la región en octubre. La ceremonia comenzó puntualmente a las 19.00 horas, congregando a los familiares de los fallecidos, quienes buscaban consuelo en un momento tan difícil, así como la presencia de los Reyes de España, Felipe VI y doña Letizia.

Los monarcas fueron recibidos con un cálido aplauso por parte de un público que se había congregado en la Puerta de los Hierros, donde les aguardaba el Arzobispo de València, monseñor Enrique Benavent. Esta ceremonia, de gran significancia para la comunidad, fue oficiada por Benavent, acompañado por los párrocos de las áreas más afectadas, varios obispos valencianos, el Consejo Episcopal y el Cabildo, resaltando la unión y el apoyo en tiempos de adversidad.

Más de 400 familiares confirmaron su asistencia a la misa, ocupando la parte central de la seo. En un gesto de profundo respeto, la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados fue colocada a la derecha del presbiterio, adornada con un manto de color morado, símbolo del duelo que embarga a la comunidad. La coral catedralicia inició la ceremonia interpretando una emotiva pieza de la 'Misa de réquiem' de Gabriel Fauré, creando un ambiente de solemnidad y reflexión.

Monseñor Benavent abrió la ceremonia recordando con pesar a todos aquellos que perdieron la vida en la tragedia del 29 de octubre, cuando el devastador fenómeno natural de la dana impactó nuestras queridas tierras valencianas y otras comunidades autónomas. Su mensaje fue un recordatorio de la fragilidad de la vida y la necesidad de solidaridad en las circunstancias más difíciles.

Durante su homilía, el Arzobispo declaró: "Esta celebración es una manifestación de fe y oración para impetrar el eterno descanso de aquellos hermanos que pasaron de este mundo al Padre." La ceremonia no solo sirvió para recordar a los fallecidos, sino también para fortalecer el vínculo de la comunidad en la adversidad, reafirmando la importancia de la fe en momentos de dolor.