Al concluir el espectáculo pirotécnico en la plaza del Ayuntamiento, un grupo de manifestantes se congregó para solicitar la renuncia del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón.

VALÈNCIA, 17 de marzo.

La famosa 'mascletà' de este lunes, considerada un emblema de la festividad, fue llevada a cabo por la Pirotecnia Vulcano, empresa de Madrid. En un ambiente lleno de emoción, el evento rindió homenaje a la ciudad con una serie de explosiones de colores que formaron la emblemática 'senyera' de la Comunitat Valenciana, logrando un espectáculo "elegante" y "potente", a pesar de la persistente lluvia que acompañó la jornada.

José Luis Giménez, director de la Pirotecnia Vulcano, destacó lo complicado que fue el montaje debido a las inclemencias del tiempo, lo que obligó a reconfigurar el disparo. "Tuvimos que reprogramar todo para que el 17 de marzo no fallásemos al Ayuntamiento de València", expresó Giménez, satisfecho con el resultado final.

Con el lema 'Mascletà 360º', el evento utilizó 200 kilogramos de pólvora, ofreciendo un espectáculo que duró poco más de siete minutos. "No se trataba de exponer, sino de jugar con los productos pirotécnicos para que el público disfrutase", comentó el gerente, quien también agregó que el espectáculo había atraído la atención de los asistentes desde el primer momento.

El inicio, lleno de ritmo y color, fue recibido con gran ovación, especialmente por la representación de la 'senyera' valenciana. "Lo hicimos aquí por primera vez y lo hemos innovado; el público lo disfruta, así que hemos decidido darle un toque exclusivo en esta edición", añadió Giménez.

La 'mascletà' contaba con alrededor de 115 posiciones de disparo, un número sin precedentes, lo que permitió crear un efecto visual impresionante. "Ha sido brutal", exclamó el director de la pirotecnia, resaltando la complejidad y la riqueza del espectáculo.

El evento, compuesto por una serie de fases digitales, se desarrolló en diferentes etapas, comenzando con disparos aéreos y terrestres. Cada fase incrementó la emoción, culminando en una explosión de ritmo y color que logró cerrar el espectáculo de forma espectacular.

A las 14:00 horas, como es tradición, las falleras mayores de València dieron paso al inicio del evento con la esperada frase: "Senyor pirotècnic, pot començar la mascletà". La lluvia, que inicialmente no interfirió, comenzó a intensificarse hacia el final, poniendo a prueba la resistencia de los asistentes, incluidas las falleras y sus cortes de honor, quienes se resguardaron bajo paraguas.

El balcón municipal fue testigo no solo del evento, sino también de la presencia de distintos representantes políticos y culturales, como el ministro de Cultura y otros dignatarios locales, que disfrutaron del espectáculo junto a las falleras.

Grupos de diferentes ciudades hermanas, así como ganadores de un sorteo para vivir la experiencia desde el balcón, también se unieron a la celebración, reflejando el ambiente festivo que reina durante esta época del año.

Se anticipa que mañana, 18 de marzo, la Pirotecnia del Mediterráneo será la responsable del próximo espectáculo, titulado 'Sinfonía del Mediterráneo', siempre que las condiciones climáticas lo permitan. El cierre del calendario oficial de 'mascletà' se reservará para el día de San José, con un espectáculo final que promete ser uno de los más emocionantes de la celebración.

Sin embargo, el ambiente festivo se vio marcado por la protesta de un grupo de ciudadanos que, convocados por 'Intifalla', exigieron la dimisión del presidente Mazón al finalizar el disparo, mostrando una pancarta que decía "Mazón dimissió" mientras coreaban consignas en su contra.

Del total de asistentes, 29 personas necesitaron atención médica, variedad de casos que incluían desde lipotimias hasta heridas y crisis de ansiedad. Uno de los casos más graves requirió la evacuación a un hospital por una cardiopatía.

Para garantizar la seguridad de todos, se movilizaron un total de 65 profesionales de la salud, incluyendo ambulancias y socorristas, quienes estuvieron presentes para atender cualquier eventualidad durante el espectáculo en la 'catedral de la pólvora'.