Crónica Valencia.

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València se llena de morado en el 8M: marchas exigen dignidad y reconocimiento para las mujeres en la dádiva.

València se llena de morado en el 8M: marchas exigen dignidad y reconocimiento para las mujeres en la dádiva.

VALÈNCIA, 8 de marzo.

Las calles de València se vieron colmadas de morado este sábado por la tarde, con la celebración del Día Internacional de la Mujer, donde se llevaron a cabo dos manifestaciones para destacar la "ineficiencia" en la gestión de la dana y la forma en que esta situación ha relegado a las mujeres. Las asistentes expresaron su preocupación por haber quedado "en segundo plano" tras el desastre.

Las manifestaciones, organizadas por la Coordinadora Feminista de València y la Assemblea Feminista, atravesaron el corazón de la ciudad, creando un ambiente vibrante con música, silbatos y el eco de tambores. A pesar de la ligera lluvia que acompañó al final de la tarde, el espíritu de reivindicación no se vio amedrentado, y las exigencias resonaban con fuerza: "Mazón dimisión".

La marcha liderada por la Coordinadora Feminista comenzó en la calle Colón y recorrió diversas arterias, pasando por lugares emblemáticos como la plaça de l'Ajuntament y concluyendo en la plaça de la Reina. Portaban pancartas como 'Dones caminant endavant', igualmente manchada de barro por las manos de las participantes. Otras pancartas recogían mensajes como 'No son clientes, son puteros' y 'Tu chiste machipirulo me tiene hasta el culo'. Los cánticos reafirmaban la lucha feminista: 'Visca la lluita feminista' y 'El feminismo camina hacia adelante; el machismo retrocede'.

Pilar Tormo, representante de las mujeres de l'Horta Sud, la zona más golpeada por la dana, fue clara en su discurso: "En situaciones de crisis, los problemas que enfrentan las mujeres suelen quedar relegados". Criticó que, a pesar de los daños a infraestructuras, los recursos destinados a las mujeres no han sido suficientes.

Entre los asistentes a la protesta se encontraban figuras políticas de relevancia, como la ministra Diana Morant y otros representantes del PSOE y Compromís. Morant hizo hincapié en que "siempre son las personas más vulnerables las que sufren el peso de las crisis", refiriéndose a la situación actual tras la dana.

En la plaça de la Reina, dos mujeres de l'Horta Sud leyeron un manifiesto que subrayaba el feminismo como una herramienta de cambio capaz de desafiar las estructuras patriarcales, abogando por la igualdad y denunciando la violencia que sufren día a día las mujeres a nivel global.

El manifiesto también recordó a aquellas mujeres que han sufrido a raíz de la dana y a las que enfrentan guerras y genocidios, todas ellas víctimas de una terrible injusticia institucional.

Las participantes hicieron un llamado por una real igualdad social y laboral, criticando las diferencias salariales y las tareas domésticas no reconocidas. Exigieron medidas efectivas que permitan una redistribución equitativa de responsabilidades y oportunidades, así como la creación de espacios seguros libres de sexismo.

Además, las manifestantes demandaron que se actúe con urgencia ante las desigualdades en el acceso a la atención médica que afectan la salud de las mujeres, denunciando toda forma de violencia machista, desde la violencia física a la económica.

La violencia contra las mujeres fue abordada en todas sus formas: física, sexual, psicológica, e institucional. Se hizo también un llamamiento urgente para desmantelar la comercialización del cuerpo femenino, abogando por leyes que abolieran la prostitución y el sistema pornográfico que perpetúa la explotación.

Por otro lado, desde la Assemblea Feminista, la manifestación partió del CIE de Zapadores, avanzando hacia la plaza de Sant Agustí y culminando en la plaça de la Mare de Déu. Con pancartas que reivindicaban la memoria y la resistencia desde una perspectiva transfeminista y antirracista, la marcha no pasó desapercibida.

La portavoz de la Assemblea, Silvana Cabrera, expresó su indignación por las necesidades aún no atendidas tras la dana, refiriéndose a la “gestión criminal” en respuesta a la catástrofe. Destacó que los movimientos feministas y anticapitalistas fueron fundamentales para la creación de redes de apoyo mutuo en este tiempo difícil.

Ambas manifestaciones reforzaron la idea de que el actual sistema económico no está diseñado para proteger a quienes más lo necesitan, denunciando que la crisis se utiliza para agravar las desigualdades entre diferentes grupos sociales.

La crítica fue clara: hasta ahora, ninguna administración ha tomado medidas efectivas para proteger a las comunidades más vulnerables tras la dana, y se advirtió que la violencia machista ha aumentado en las zonas afectadas. La falta de respuesta contundente por parte de la Generalitat y el Gobierno estatal fue una de las preocupaciones expresadas por las manifestantes.

Desde la visión de estas movilizaciones, se cierra un ciclo de críticas sistemáticas hacia cómo las crisis son aprovechadas para aumentar la desigualdad social, enfatizando que el avance de la extrema derecha se nutre del miedo y la incertidumbre, ya que a menudo se toleran sus discursos hostiles hacia diversos colectivos.

Por último, otros movimientos por el 8 de marzo también se llevaron a cabo en Castelló y Alicante, mostrando que la lucha por los derechos de las mujeres sigue siendo una prioridad en la agenda social.