El pleno del Ayuntamiento de València ha dado su aprobación definitiva a las fichas urbanísticas relacionadas con la edificación del Nou Mestalla y la transformación del terreno donde se encuentra el estadio actual, con el respaldo del PP y los dos partidos de la oposición, Compromís y PSPV. Por su parte, Vox, socio del gobierno del PP, fue el único en votar en contra.
Este acuerdo da luz verde a las condiciones urbanísticas acordadas entre las tres formaciones, las cuales incluyen la realización de una auditoría externa sobre el costo del estadio con los requisitos que se determinen, así como la derogación del plan derivado del Plan de Actuación Territorial Estratégica si el Valencia CF no cumple con los plazos de obra establecidos en la licencia para el futuro estadio de fútbol.
El concejal de Urbanismo, Juan Giner, destacó que este acuerdo se enfoca en el interés general de València y sus habitantes por encima de todo. Subrayó que se trata de unas fichas urbanísticas "más estrictas gracias al consenso" alcanzado.
Por su parte, desde Compromís, la portavoz Papi Robles señaló que, de depender de ellos, preferirían que el Valencia CF no abandonara Mestalla. Sin embargo, justificó el acuerdo en la necesidad de garantizar que el principal accionista del club, Peter Lim, no se marche con el dinero.
El portavoz socialista, Borja Sanjuán, añadió que en ocasiones en política es necesario elegir entre lo malo y lo menos malo, y en este caso lo menos malo es no otorgar derechos urbanísticos de forma gratuita a alguien con antecedentes de incumplimiento.
Por otro lado, Vox explicó su voto en contra argumentando que las fichas conceden derechos urbanísticos a alguien con un historial de incumplimientos, y resaltaron que València ya no será sede del Mundial, por lo que ven aún menos justificada la aprobación.
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