La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha presentado una demanda ante el Juzgado de lo Social de València contra el Ayuntamiento de Quartell acusándolos de haber sometido a acoso laboral al delegado del sindicato en el consistorio. El sindicato alega que se han violado el derecho a la dignidad, al honor del trabajador, a la ocupación efectiva y a la integridad física y moral.

Fuentes municipales han mencionado a Europa Press que el Ayuntamiento no hará ninguna declaración en relación con el asunto ya que el procedimiento se encuentra bajo investigación judicial.

El delegado sindical afectado ha trabajado en la administración demandada durante 12 años y es delegado del sindicato en el consistorio de la comarca de Camp de Morvedre. CSIF ha afirmado que a partir de 2017, cuando cambió el encargado, el trabajador empezó a recibir insultos como 'vago' o "si fuera por mí te echarían". Además, su nuevo jefe se habría abalanzado sobre él en algunas ocasiones y fue asignado por el alcalde a la limpieza de solares, una tarea completamente ajena a sus atribuciones.

Después de que el trabajador solicitara la intervención del alcalde, lo enviaron al antiguo matadero municipal, a unas instalaciones alejadas del pueblo y con pulgas, sin apenas higiene y sin lavabo. Según el sindicato, el trabajador tuvo que realizar tareas 'impropias de su puesto' como la poda de setos, limpieza de hierba y desbroce, pero le negaron el acceso al vehículo de transporte de mercancías y se tardó en proporcionarle las herramientas.

Según el sindicato, el trabajador ha permanecido aislado en un almacén y ha sufrido comentarios despectivos de los miembros del equipo de gobierno durante este tiempo. El hombre ha sufrido lesiones laborales y dos roturas de hombro debido a la falta de equipos de protección y a caídas con su carrito. El trabajador decidió quitarse la vida ingiriendo todos los medicamentos en su hogar después de sufrir estas circunstancias.

A pesar de todo esto, a su regreso al trabajo después de la baja laboral, el Ayuntamiento lo notificó, por decreto de alcaldía, que debía regresar al antiguo matadero municipal sin medio de transporte. El trabajador sufrió otra lesión en el brazo a principios de este año y el alcalde se negó a ayudarlo en el lugar del suceso, lo que provocó un ataque de ansiedad en el trabajador.