Familiares de víctimas de la dana presentan 65.000 firmas en el Congreso exigiendo justicia: "Han matado a mi familia"
Denuncian el "abandono" por parte de las instituciones y agradecen la labor de voluntarios: "Si no es por ellos nos morimos todos allí"
MADRID, 12 Dic.
En un llamativo acto de reivindicación, la hija de un hombre fallecido y familiares de otras víctimas de las devastadoras inundaciones han realizado un viaje desde Valencia a Madrid con el objetivo de presentar en el Congreso de los Diputados más de 65.000 firmas recogidas a través de Change.org. Esta acción busca no solo reclamar justicia, sino también solicitar la creación de una comisión de investigación que analice los sucesos relacionados con la dana que asoló la región.
Las afectadas, con botas de agua y cajas de firmas manchadas de barro, han llegado al Congreso simbolizando la angustia y la desesperación que han vivido en Valencia. Al expresar su dolor, una de las familiares gritó: “Han asesinado a mi familia. Si un ciudadano comete un asesinato, paga con cárcel, pero un político está protegido”. Este reproche refleja una profunda frustración hacia las instituciones encargadas de garantizar la seguridad de los ciudadanos.
"No nos alertaron, y si lo hubieran hecho, no habría pasado esto". Así comenzó Meri García, quien ha sido la voz en esta lucha, narrando la desoladora experiencia de ella y su familia, que quedaron varados en medio de las inundaciones. "Estuvimos esperando el rescate durante 72 horas, completamente solos", relató, con la esperanza de encontrar a su padre con vida entre los escombros. Meri también compartió que su casa aún está rodeada de barro y que la vista desde su ventana muestra un cementerio de vehículos, un recordatorio constante de la tragedia vivida.
La historia de Meri García es una de dolor y abandono. Ella asegura que su padre "falleció a causa de la dana del 29 de octubre en Catarroja", y reprocha a las instituciones que "debían protegernos" por haberles dado la espalda en momentos críticos. "No importa el color político, queremos justicia; que se haga responsable a quien tenga que serlo y que se abra una Comisión de Investigación de inmediato", exclamó con determinación.
Durante este acto en el Congreso, donde se solicitaron justicia para todas las víctimas y se planteó una crítica severa hacia la supuesta desprotección institucional, Meri estuvo acompañada por otras dos mujeres, Yolanda Garrido y Maite Pagán. Ambas han vivido la devastación de perder a sus seres queridos en la tragedia y, al igual que Meri, describen un sentimiento de abandono por parte de las autoridades. "Fueron los once peores días de mi vida. Estábamos hundidos", recordaron, enfatizando la falta de respuesta ante su sufrimiento.
A pesar de que conocían la ubicación exacta de sus familiares, Meri indicó que "durante diez días nadie fue a buscar a mi padre". Fue un voluntario, con su perro Nilo, quien finalmente lo encontró. "Nadie nos ayudó", lamentó, resaltando la desconexión entre las necesidades de los ciudadanos y la respuesta institucional.
La exigencia de una investigación profunda se ha vuelto central en su mensaje. "¿Por qué nadie nos alertó? ¿Por qué aún seguimos así? Pagamos impuestos, ¿para qué sirven?", interrogó con indignación, dejando claro que su angustia no solo proviene de la pérdida, sino también de la falta de acción de las instituciones. "El rescate de mi padre costó cero euros, no gastaron ni un solo euro", sentenció.
Ante el sentido de abandono, las familias de las víctimas no solo demandan justicia, sino también un poco de dignidad y sensibilidad por parte de quienes deben gestionar estas crisis. "Nos han dejado solos, no hemos recibido ayuda psicológica, todo lo hemos tenido que pagar de nuestro bolsillo. Se llenan la boca hablando de ayudas que aún no han llegado", afirmaron.
La situación en las áreas afectadas sigue siendo crítica, con garajes inundados de barro y casas en condiciones deplorables. “Mi sobrina no puede salir de casa porque las vallas se cayeron y tenemos que estar atrincherados porque nadie ha venido a repararlas. A mi cuñado lo encontraron amigos y familiares porque nadie fue a buscarlo; han asesinado a nuestra familia”, se quejó una de las damas afectadas.
Desde la perspectiva de las víctimas, no hubo un fenómeno natural que justificara la magnitud de la tragedia. "Sin que lloviera, en Catarroja no hubo una ola de tres metros que arrastrara coches y personas", declararon. La confusión y el desamparo que sintieron en el clímax de la tormenta fueron claramente evidentes.
Meri García, quien insiste en que su posición es "apolítica", sostiene que "todos los políticos son iguales". La frustración por la falta de respuestas y apoyo a su sufrimiento es palpable. "Lo único que sé es que mi padre no está conmigo, y no sé por qué no hay una investigación", concluyó, demandando claridad sobre los hechos que han cambiado su vida para siempre.
Finalmente, las familiares de las víctimas no han dejado de reconocer la heroica labor de los voluntarios en medio de esta tragedia: "Si no hubieran sido por los voluntarios, muchos de nosotros no estaríamos aquí. Nos trajeron agua, comida, y si no fuera por ellos, muchos hubiesen muerto. A las instituciones les importó un bledo", sentenciaron, reflejando el abismo entre aquellas almas solidarias y una burocracia ausente.
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