Crónica Valencia.

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La Navidad sombría en la zona cero de la dana: "Parece que no hay celebración".

La Navidad sombría en la zona cero de la dana:

En la localidad de Paiporta, donde se ha registrado el mayor número de fallecimientos a raíz de la reciente riada, los ciudadanos expresan su desánimo, indicando que "los ánimos están por los suelos".

VALÈNCIA, 26 Dic.

La celebración de estas festividades navideñas ha sido marcada por una profunda tristeza, donde el recuerdo de aquellos que ya no están pesa en el ambiente, restando las ganas de recibir el nuevo año. Para muchos residentes de Paiporta, este período festivo se siente más bien como una rutina, donde el espíritu navideño se ha desvanecido.

Las voces de los vecinos de Paiporta revelan un clima de melancolía compartida, especialmente aquellos que han padecido la pérdida de seres queridos o han visto sus vidas alteradas significativamente. Una de las residentes, en una emotiva entrevista con Europa Press Televisión, confiesa que la familia ha sufrido pérdidas principalmente materiales, dado que reside en un tercer piso. Sin embargo, la profunda pena por los fallecidos ha eclipsado cualquier expectativa de festividad.

Esta vecina rememora tiempos pasados donde celebraban todos juntos, pero en esta ocasión, la situación es drásticamente diferente; describe la Navidad como un momento de separación donde "cada uno está en su casa y Dios en la de todos". En su relato, añade que, casi dos meses después de la devastadora barrancada, el pueblo se encuentra en un estado crítico, con la mayoría de los habitantes reducidos a lo esencial: "Me da mucha pena", afirma con un suspiro de resignación.

Al ser interrogada sobre sus planes para la Nochevieja, responde con un desalentador "no", explicando que la falta de ilusiones hace que no desee salir ni gastar dinero sin sentido, prefiriendo la tranquilidad de su hogar. Su testimonio es solo uno de los muchos que reflejan una realidad dolorosa en Paiporta.

Otro vecino se une al sentir generalizado de tristeza al afirmar que en Paiporta se respira un aire de nostalgia y melancolía. A pesar de la situación, comenta que están avanzando "poco a poco" y que, aunque las celebraciones son diferentes este año, compartir momentos con seres queridos se ha convertido en un pequeño refugio, pues ayuda a cambiar de perspectiva, aunque la tristeza aún está presente por la ausencia de los que ya no están.

Una mujer del lugar también comparte la experiencia de estos días festivos, revelando que, a pesar de las dificultades, pudieron reunirse veintisiete personas en una planta baja para compartir la cena, lo cual resultó un momento emotivo lleno de anécdotas y recuerdos, donde cada persona representa una historia en Paiporta.

Asimismo, menciona a sus nietos, destacando que, aunque los niños lograron disfrutar de la Navidad, se percibe en ellos una alteración inusual atribuida al impacto emocional que ha dejado la riada en sus vidas.

Por otro lado, otro vecino refuerza la sensación de desánimo general, afirmando que el pueblo se ve "muy triste y muy apagado". La devastación de la comunidad es evidente, y quienes han padecido pérdidas familiares experimentan el dolor de manera más intensa. A la pregunta sobre lo que espera de la Nochevieja, este hombre anticipa que los sentimientos no cambiarán, presagiando "otra cosa igual" y subrayando que la moral de la comunidad está verdaderamente por los suelos.

Finalmente, otra residente pone el foco sobre las irrevocables pérdidas humanas que han dejado su huella en Paiporta. "Hay un número inmenso de personas que se han quedado sin hogar y sin sus seres queridos, y eso no tiene solución, ni en esta Navidad ni en las que están por venir", concluye con un tono de desesperanza, reflejando la dura realidad que vive la localidad.