Crónica Valencia.

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"Magistrada establece juzgado temporal en gasolinera de Paiporta el 29 de octubre: 'Experiencia muy difícil'"

En València, a fecha del 30 de abril, se ha prendido la luz sobre una de las crisis más desafiantes que ha enfrentado la provincia. La magistrada Lucía Mayordomo, al frente del Juzgado de Instrucción número 2 de Torrent, hizo frente a la devastación provocada por la DANA que azotó la región el 29 de octubre de 2024. En un acto de admirable dedicación, estableció un juzgado improvisado en una gasolinera en Paiporta, el único lugar de la zona que contaba con electricidad en medio de la tragedia.

Mayordomo compartió su experiencia en un video producido por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para conmemorar los seis meses desde la calamidad que cobró la vida de 228 personas en València y que causó estragos materiales que ascienden a miles de millones. Su relato no sólo retrata los hechos, sino también la determinación y el sacrificio de quienes trabajaron incansablemente por mitigar el impacto de la catástrofe.

En la madrugada del 30 de octubre, la magistrada recibió la angustiosa llamada de un agente de la Guardia Civil que le informaba sobre fallecidos en garajes y en las calles. Ante la gravedad de la situación, se trasladó al lugar para llevar a cabo los levantamientos de los cuerpos. La escena era caótica, y junto con el médico forense y la Guardia Civil, se encontraron en una gasolinera que sirvió de refugio, conectados con el Puesto de Mando, lo que les permitió seguir la situación en tiempo real.

La juez enfatiza la importancia de llevar a cabo una "criba" desde el terreno, en un momento en que la confusión reinaba. "Esta labor inicial era crucial para saber exactamente cuántos fallecidos había, dónde y bajo qué circunstancias", explica detalla, haciendo hincapié en la relevancia de la preparación en situaciones extremas.

Mayordomo describe las primeras 24 horas como "extremadamente difíciles", donde la interminable llegada de noticias trágicas complicaba la ya pesadumbre situación. Cada nueva llamada traía más información sobre víctimas; decisiones críticas tenían que tomarse sin un protocolo claro, confiando en el sentido común del equipo. A partir del día 30, comenzaron a abrir las primeras diligencias sobre los fallecidos que se anticipaban.

La magistrada destacó la competencia y el compromiso de los profesionales que le rodeaban, pero advirtió que se requieren más recursos y apoyos para poder responder de manera efectiva a desastres de esta magnitud. "El éxito de la operación se debió a que todos, sin excepción, hicieron su parte", enfatizó, reconociendo el esfuerzo conjunto que hizo posible la actuación rápida y eficaz.

María Espejo, Letrada de la Administración de Justicia en el Juzgado de Torrent, también reconoció el papel fundamental de sus compañeros en el funcionamiento coordinado de la respuesta. Subrayó que la combinación de humanidad y profesionalismo fue la clave para que todo funcionara adecuadamente, resaltando que “hemos trabajado con cabeza y corazón” para afrontar la emergencia.

El trabajo continuó en el puesto de mando y, tras la recolección de datos en el juzgado, se organizó una vasta base de datos que permitió identificar a los difuntos. A veces solo contaban con la ubicación de un cuerpo, pero, poco a poco, el rompecabezas se fue completando. La seguridad y la exhaustividad fueron primordiales, garantizando que cada documento estuviera debidamente verificado antes de ser emitido, gracias a un “equipazo” comprometido.

En esta línea de preocupación por la seguridad, Raquel Cervera, tramitadora, también se sumó al reconocimiento del esfuerzo colectivo, señalando que en este equipo no existían jerarquías sino una unión en torno al objetivo común de ayudar a las víctimas. Este suceso ha evidenciado no solo la fragilidad ante calamidades, sino también la fortaleza del lazo humano en tiempos de crisis.