El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha decidido implementar el uso de drones para llevar a cabo labores de inspección en la red de Cercanías de València, especialmente en el caso de la C3, donde el acceso a ciertos tramos se ha vuelto "casi imposible" tras los daños ocasionados por la DANA del 29 de octubre. Esta estrategia evidencia un enfoque innovador por parte de las autoridades para enfrentar adversidades en la infraestructura de transporte público.
Según informa el equipo ministerial, los trabajos de reparación en la línea Valencia-Silla, que corresponde a los tramos C1 y C2, están avanzando a un ritmo satisfactorio. Desde el pasado jueves, el administrador ferroviario Adif ha comenzado a reponer la vía. Sin embargo, en la C3, la situación es mucho más complicada, lo que ha obligado a utilizar tecnología avanzada para evaluar el daño y planificar la recuperación de la infraestructura.
El uso de drones puede parecer una solución moderna, pero es una necesidad provocada por las circunstancias. La utilización de estos dispositivos permite no solo la evaluación de los daños en las infraestructuras, sino también la verificación de accesos para maquinaria pesada y la localización de elementos en la vía que necesitan ser retirados. Esta medida subraya la importancia de adaptarse a las condiciones actuales, que no permiten la inspección tradicional.
El ministerio ha comunicado que en el trayecto Algemesí-Alzira, correspondiente a la línea C2, se han descargado un total de 195 metros cúbicos de balasto a lo largo de 400 metros lineales de vía, preparación que es esencial para el restablecimiento del servicio. A pesar de que la zona de Algemesí ha sido la más afectada, los esfuerzos de limpieza y reparación están progresando adecuadamente.
Particularmente grave es la situación en la C3, que conecta Valencia con Buñol y Utiel y se extiende por 89 kilómetros. El acceso a varios tramos sigue siendo muy complicado, lo que motiva la continua utilización de drones para facilitar las labores de inspección y planificación de los arreglos necesarios. La infraestructura ha sufrido daños significativos, principalmente en el tramo de Loriguilla a Cheste, donde los daños en un viaducto son alarmantes.
En el término municipal de Cheste, se ha confirmado que un estribo y una pila del viaducto están "totalmente destruidos", lo que obligará a una reconstrucción prácticamente completa de este elemento fundamental para la conectividad de la línea. Este tipo de daños no solo representa un desafío técnico, sino que también exige una respuesta ágil y decidida por parte del Ministerio para minimizar el impacto en los usuarios del servicio.
En el tramo de Xirivella a Loriguilla, los trabajos de limpieza y desmonte de la plataforma están en marcha, lo que permitirá la posterior instalación de una nueva vía. Las tareas incluyen la limpieza, el corte de carril en 650 metros y la retirada de balasto, mostrando el compromiso de las autoridades para restaurar el servicio de manera efectiva y relativamente rápida.
En la estación de Aldaia, los preparativos continúan, con la vía ya desmontada y el edificio de la estación en condiciones aceptables, donde se están llevando a cabo labores de limpieza manual de los sistemas de señalización y enclavamiento. Este esfuerzo es crucial para asegurar que, una vez completadas las reparaciones, el servicio pueda reanudarse con la máxima eficiencia y seguridad.
Por otro lado, en el sector de Alta Velocidad, se han finalizado las tareas de montaje de vías en el túnel de Chiva. A pesar de los problemas que se han presentado, el ministerio mantiene su compromiso con la obra en el lado de Valencia, asegurando que la vía 2 está montada al 98% y la vía 1 se encuentra en proceso de montaje. Todo esto demuestra un enfoque metódico en la recuperación de la infraestructura ferroviaria de la región.
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