Un grupo de vecinos se ha reunido en València para defender el derecho a la vivienda de una mujer afectada por la actuación de un fondo de inversión, al que acusan de hostigar a la inquilina mediante tácticas intimidatorias. La concentración resalta preocupaciones sobre el papel de los denominados "fondos buitres" en el mercado inmobiliario.
Este encuentro tuvo lugar el 25 de julio, donde María Jesús, residente del número 2 de la calle Sogueros, relató que su compañero ha sido objeto de agresiones y coacciones. Según su relato, la situación ha escalado a tal punto que han vandalizado su hogar, rompiendo el sanitario y retirando la puerta para que la vivienda se vuelva "inhabitable". Este edificio ha pasado a manos de un fondo de inversión en un contexto que alerta sobre los riesgos de desalojo para inquilinos vulnerables.
Durante la manifestación, María Jesús expresó su profundo malestar por las condiciones a las que se enfrenta, subrayando que le están haciendo "la vida imposible". Los asistentes al acto manifestaron su apoyo con consignas que pedían la expulsión de especuladores, mostrando una clara oposición a las prácticas que perciben como abusivas.
El edificio en cuestión fue adquirido por Adriali Travel, que ha planteado a María Jesús una indemnización de 60.000 euros para finalizar su contrato de alquiler, que está vigente hasta 2029. Sin embargo, la mujer asegura que no ha habido un acuerdo formal y ha intentado devolver el dinero ofrecido sin éxito, lo que ha intensificado la tensión con la propiedad.
María Jesús también denunció que su pareja fue agredido físicamente y que han arrojado sus pertenencias por las escaleras del inmueble como una forma de presión. "La respuesta de la propiedad ha sido destruir lo que pueden y hacer la vida imposible", comentó, refiriéndose a los actos de vandalismo en su hogar.
Alberto Alcaraz, parte del equipo legal de Adriali Travel, ha respondido a las acusaciones, indicando que el edificio requiere trabajos de rehabilitación urgentes debido a su antigüedad y riesgo de colapso. Según él, la empresa está ofreciendo alternativas adecuadas para que la mujer pueda recibir una compensación posteriormente, en caso de que decida abandonar el lugar durante la duración de las obras.
A pesar de las afirmaciones de Alcaraz, María Jesús ha desestimado la urgencia señalada, criticando a los propietarios por presentar informes que, según ella, son falsos. En sus declaraciones, afirmó que, tras la evaluación de los bomberos, no se constató peligro alguno, sugiriendo que la situación se ha fabricado para justificar el desalojo.
El apoyo de la comunidad local ha sido fundamental para María Jesús. Santi Soler, del Sindicato de Vivienda de València, enfatizó la importancia de luchar por el derecho a la vivienda de la mujer, acusando a la propiedad de involucrarse en acciones vandálicas a través de terceros. Alicia Fernández, otra vecina, mencionó las continuas amenazas que ha sufrido María Jesús, denunciando el clima de miedo generado por esta situación.
Alcaraz ha insistido en que Adriali Travel no es un fondo buitre, sino una empresa dedicada a la adquisición responsable de activos residenciales, que discute la posibilidad de alcanzar un acuerdo justo que asegure los derechos de todas las partes involucradas en este conflicto.
La conversación en torno a los derechos de los inquilinos y la intervención de fondos de inversión en el mercado de la vivienda continúa siendo un tema candente en la ciudad, con manifestaciones que reflejan una creciente preocupación entre los vecinos sobre la especulación inmobiliaria y sus consecuencias. María Jesús, respaldada por su comunidad, se mantiene firme en su lucha por conservar su hogar.
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