Crónica Valencia.

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Benavent: La renovación empieza en la Iglesia y en nuestros corazones.

Benavent: La renovación empieza en la Iglesia y en nuestros corazones.

El arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, ha clausurado el Año Jubilar del Centenario de la Coronación Canónica de la Mare de Déu con una invitación a renovar los corazones y la Iglesia misma. Durante la celebración de la Missa d'Infants en la Plaza de la Virgen, Benavent ha subrayado que la Virgen María representa la "humanidad nueva" y la "Iglesia que todos desean" y que es "el signo de esperanza" para todos.

En la celebración, también han participado otros obispos y políticos de Valencia, entre ellos el arzobispo emérito, el cardenal Antonio Cañizares y el presidente del PPCV y candidato a la Generalitat, Carlos Mazón, entre otros. El arzobispo ha expresado su alegría por oficiar la misa por primera vez como arzobispo y ha pedido en especial por los ancianos, enfermos y familias que pasan dificultades, recordando que "la Mare de Déu hace de todos nosotros una misma familia en la fe".

Benavent ha afirmado que la renovación del mundo debe empezar por una renovación de los corazones y de la Iglesia y que todos debemos comprometernos para conseguir un mundo nuevo. El arzobispo ha resaltado que los cristianos no pueden caer en la desesperanza frente a los problemas del mundo, sino que deben mantener la certeza de que Dios cumple sus promesas y trabajar por mantener la esperanza en un mundo nuevo.

Según el arzobispo, la iglesia no sirve de nada si no mantiene la esperanza de la humanidad y el camino del amor no fingido que Pablo ha indicado a los creyentes. La importancia de la Virgen María reside en que ella guía y sostiene la esperanza de la humanidad en el camino de la Iglesia, es el signo de esa esperanza y señala el camino hacia el cielo y la tierra nuevos que todos deseamos. María representa la humanidad nueva y la Iglesia que todos deseamos, y su misión es sostener la fe de los discípulos en los momentos de dificultad y la esperanza de todos los desamparados de nuestro mundo, según ha reivindicado Benavent.