El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, dio a conocer este lunes su decisión de dimitir del cargo. En su declaración, subrayó que "la Generalitat necesita un nuevo ciclo" y solicitó que no se realicen campañas de odio o persecuciones hacia nadie, haciendo un llamamiento a la "responsabilidad" de los diferentes grupos parlamentarios para que elijan a un nuevo líder para el Consell.
Mazón expresó su agotamiento emocional, revelando que "hace tiempo que quería dar este paso", y que los últimos meses han sido extremadamente difíciles tanto para él como para su familia. "Estos momentos han sido verdaderamente duros", admitió.
El presidente saliente también comentó que "el ruido mediático" en torno a su figura ha sido utilizado como excusa para evadir la responsabilidad del Gobierno en cuanto a la gestión de la crisis. Criticó la "información errónea" proporcionada el 29 de octubre, día del desastre natural, así como la lenta llegada de ayudas y la ineficiente reconstrucción posterior. Confiaba en que su sucesor podría abordar la crisis con la objetividad necesaria, aprovechando que su salida podría cambiar la perspectiva sobre esta tragedia.
La renuncia se hizo pública durante una declaración institucional realizada en el Palau de la Generalitat, en la que participaron miembros del Consell. Esta conferencia fue convocada de manera urgente tras un proceso de reflexión que Mazón inició después del funeral de Estado de las víctimas del desastre, donde recibió críticas por parte de familiares de los fallecidos.
Mazón también reveló que tuvo una conversación esta mañana con el Rey Felipe VI, a quien agradeció su apoyo y el de la Reina Letizia, especialmente durante este año tras la catástrofe.
Realizando un balance de su gestión, Mazón insistió en que a pesar de las dificultades, desde la Generalitat se ha hecho "todo lo posible" ante el formidable reto de reconstrucción, el primero de su tipo que ha enfrentado un gobierno autonómico. Volvió a criticar la falta de ayuda del Gobierno central, acusándolo de haber dejado al Ejecutivo valenciano solo en esta tarea.
El impacto más doloroso, según Mazón, son las vidas perdidas. Si bien las heridas materiales están sanando, las secuelas emocionales siguen siendo profundas.
En su reflexión, abordó la necesidad de reconocer errores, algunos de los cuales atribuyó a la falta de preparación ante la magnitud del desastre. Admitió que debió haber tomado decisiones diferentes, como interrumpir su agenda aquel día fatídico. "No había conocimientos previos que indicaran que el barranco del Poyo iba a desbordarse", añadió.
Su decisión de renunciar viene tras una etapa de profunda introspección y conversaciones con altos dirigentes, evidenciado por su comunicación con el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, en los días previos.
Además, Mazón se quejó del trato que ha recibido, enfatizando que ha sido víctima de una "campaña brutal" que decidió convertir en objeto de crítica su figura, llegando incluso a acusarlo de ser responsable de las muertes ocurridas durante la riada.
Recordó que su compromiso con la reconstrucción de la comunidad empezó hace un año y que desde entonces se ha apartado de cualquier cálculo político, reconociendo que su vida personal y profesional cambió drásticamente desde el 29 de octubre. Reiteró que su propósito ha sido siempre el de informar sobre la realidad de lo ocurrido aquel día, desmitificando muchas ideas erróneas que surgieron tras el desastre.
En su análisis final, Mazón concluyó que la situación en la que se encuentra no debe desviar la atención de las decisiones que han ido tomando los responsables del Gobierno, a quienes no quiere calificar de "criminales" por sus fallos, a pesar del impacto que estos han tenido en la comunidad.
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