En un duro golpe para el expresidente de la Generalitat Valenciana y exministro de tendencia conservadora, Eduardo Zaplana, la justicia lo ha condenado a 10 años y cinco meses de prisión por su participación en la trama de las ITV, conocida como caso Erial. A pesar de esta sentencia, Zaplana ha anunciado que apelará la decisión del tribunal, argumentando que no hay pruebas concretas que demuestren su culpabilidad.

Según el comunicado emitido por el despacho de abogados de Zaplana, la Audiencia lo ha declarado culpable de varios delitos, incluyendo prevaricación, cohecho, falsedad documental y blanqueo de capitales. Además de la condena de prisión, se le ha impuesto 17 años y 10 meses de inhabilitación para ocupar cargos públicos, tres años de inhabilitación para ejercer su profesión y multas millonarias. Sin embargo, ha sido absuelto del cargo de pertenecer a un grupo criminal.

Tras recibir la noticia de su condena, Zaplana ha expresado su decepción ante lo que considera pruebas basadas en acuerdos opacos y sin evidencia objetiva de su participación en los hechos. A pesar de todo, mantiene su confianza en la justicia y espera que finalmente se reconozca la falta de fundamentos en su contra, recurriendo a todas las instancias necesarias para demostrar su inocencia.

En un tono más positivo, Zaplana también ha mostrado su alegría por la absolución de aquellos que, según él, fueron injustamente acusados en este proceso por ser sus amigos o colaboradores. Considera que han debido soportar una acusación sin base durante años, y celebra que finalmente hayan sido absueltos de culpa.