Crónica Valencia.

Crónica Valencia.

Tatuajes: un nuevo enfoque terapéutico para sanar heridas emocionales tras la dana.

Tatuajes: un nuevo enfoque terapéutico para sanar heridas emocionales tras la dana.

VALÈNCIA, 26 de octubre. La trágica dana que azotó la provincia de Valencia el pasado 29 de octubre provocó 229 muertes, dejando profundas huellas tanto físicas como emocionales. Sin embargo, muchos afectados han encontrado en los tatuajes un medio de expresión y sanación, creando marcas indelebles en su piel que simbolizan la superación de esta tragedia. La palabra 'resiliencia' ha sido una de las más escogidas en este contexto.

Pascual Julián, un tatuador cuya vida y trabajo se vieron impactados por la desolación causada por la inundación, explica que su estudio, 'Señor Lobo Tattoo Studio', iba a abrir en Alfafar justo una semana después de la catástrofe. El local, tras haber sido cuidadosamente reformado durante cinco meses, quedó devastado por las aguas. Julián sostiene que el arte del tatuaje actúa como un remedio simbólico, una forma de sanar las heridas del alma.

Los diseños elegidos por los clientes son diversos y muy personales: van desde palabras significativas como 'resiliencia', hasta firmas de seres queridos, frases inspiradoras y símbolos como el ave fénix. Cada tattoo se convierte en una representación de su camino para salir adelante tras la tragedia.

En una reciente entrevista con Europa Press Televisión, Pascual narró cómo la calamidad arrasó su nuevo hogar profesional justo cuando él y su equipo se preparaban para abrir. "La dana destruyó todo a su paso, desde las paredes y el techo, hasta el equipamiento recién adquirido", comentó con tristeza.

El nivel del agua alcanzó los 1.6 metros, arrastrando todo a su paso. Pasaron meses antes de que lograran reabrir, gracias a la cooperación y el apoyo de familiares, amigos y voluntarios, quienes ayudaron considerablemente en el proceso de limpieza. "Si bien fue un esfuerzo monumental, logramos avanzar más rápido que otros negocios que aún están intentando recuperarse", resaltó Julián, aunque aún persisten problemas de infraestructura en la zona.

En la actualidad, el tatuador enfrenta retos continuos, como problemas de humedad y alcantarillado en su local. "Cada vez que llueve, hay un temor profundo, pues en las últimas tormentas, el agua volvió a filtrarse", lamentó, indicando que aún queda un largo camino por recorrer en la recuperación total de su espacio de trabajo.

Pascual indica que casi todos sus tatuajes actuales están relacionados de alguna manera con la dana. "Son símbolos para cerrar heridas, tanto externas como internas. Cada tatuaje representa una fuerza renovada que anima a la persona a enfrentar su dolor", explicaba el tatuador, evidenciando la importancia de la tinta en la curación emocional.

Expresando un fuerte sentido de comunidad, el artista reconoce la valentía de los vecinos para sobreponerse al trauma. "El tatuaje no solo brinda estética, sino que tiene un componente terapéutico que me inspira a seguir con mi trabajo. Cada diseño se convierte en un ancla de fuerza para quienes buscan renacer de sus cenizas", comentó con pasión.

El vínculo que se crea entre Pascual y sus clientes es único. "Hay una empatía profunda, todos sabemos lo que significa experimentar esta tragedia; es un lenguaje que se comparte", comentó. Sin embargo, no oculta que el proceso ha sido tanto bello como doloroso.

Pascual observa que, tras recibir un tatuaje, muchos de sus clientes muestran un cambio notable en su manera de ser y enfrentar la vida. "Los tatuajes les dan un nuevo propósito; al día siguiente, muchas veces, regresan como personas diferentes", relató, destacando que este arte puede servir como un estímulo necesario para seguir adelante.

Los momentos compartidos con sus clientes suelen ser emotivos y a menudo resultan en abrazos sinceros y lágrimas. "Se generan lazos tan cercanos que se sienten como amigos, casi como familia", añadió el tatuador, reflejando la conexión especial que se forja en su estudio.

Con casi tres décadas en este oficio, Julián ha dejado una huella en varias generaciones, trabajando con padres, abuelos, hijos y nietos. “Cada tatuaje es un recuerdo imborrable; la persona lleva consigo no solo la marca, sino también la experiencia y la historia detrás de ella", explicó.

Para él, el proceso de crear un tatuaje comienza con conocer al cliente y entender sus motivaciones. "A menudo, lo que inicialmente piensan que quieren termina transformándose en algo mucho más significativo tras una conversación", agregó, subrayando la importancia del diálogo previo.

Los meses posteriores a la dana han sido un desafío indescriptible para Julián. "Han sido muchos días de esfuerzo físico y mental, trabajando incansablemente para reabrir. Es desalentador ver a colegas y amigos cerrar sus negocios, lo que te lleva a replantearte la situación", afirmó.

A pesar de las dificultades, Julián agradece el apoyo incondicional de quienes lo rodean, pues fueron estos la fuerza que lo impulsó a reabrir las puertas de su estudio. Recordando su primer tatuaje post-dana, el artista rememora el abrazo y lágrimas compartidas con su amiga, sintiendo que a pesar de la incertidumbre, comenzaron un nuevo capítulo.