Crónica Valencia.

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Violencia vicaria: una herramienta de los agresores para intensificar el dolor de sus víctimas.

Violencia vicaria: una herramienta de los agresores para intensificar el dolor de sus víctimas.

Expertas reclaman una revisión urgente de las leyes vigentes para asegurar su eficacia y fortalecer la red de apoyo que rodea a las víctimas de violencia de género, en un momento de gran preocupación tras el reciente caso de Algemesí.

VALÈNCIA, 29 Jun. - La violencia vicaria, que se manifiesta cuando los agresores infligen daño a sus propios hijos como una extensión del abuso hacia las madres, se ha convertido en un tema de gran relevancia en el debate social actual.

Irene Maíquez Cascant, psicóloga del Programa Insertas Dona-Dana de la asociación Alanna, comenta que es crucial centrarse en el hecho de que la descendencia de las víctimas también sufre las consecuencias del abuso. “La violencia vicaria es un mecanismo que los agresores utilizan para causar más dolor, mostrando que su intención no es la de proteger a sus hijos, sino más bien infligir daño”, argumenta la experta.

Este comentario surge a raíz del trágico doble homicidio en Algemesí, donde un individuo acabó con la vida de su pareja y de su hijo, apenas un niño de tres años. La psicóloga advierte que el verano suele ser un periodo crítico para la violencia familiar, ya que el aumento del tiempo en casa puede generar tensiones que, en algunos casos, desembocan en actos violentos.

La asociación está activamente involucrada en programas de prevención y ofrece apoyo psicológico a quienes ya han padecido la violencia machista, brindando además un seguimiento profesional para facilitar su recuperación.

Maíquez Cascant señala que el trasfondo de estos problemas radica en una sociedad patriarcal que perpetúa actitudes machistas. Algunos hombres, en este entorno, desarrollan un profundo resentimiento hacia las mujeres, llevándolos a comportamientos destructivos, donde ven a las mujeres como objetos a controlar en vez de seres humanos con derechos.

Ante esta creciente preocupación social, desde Alanna se exige a las autoridades que prioricen las órdenes de protección para las víctimas y se revisen las normativas actuales para que realmente se implementen de manera efectiva.

Asimismo, hacen un llamado a la comunidad y a las personas que rodean a las víctimas para que estén atentas a situaciones que puedan indicar maltrato y actuar en consecuencia.

A pesar de mantener un diálogo con el Gobierno, la asociación enfatiza que siempre se puede hacer más. “Nuestro objetivo es que nuestra voz resuene en la sociedad y entre los políticos, pero necesitamos un esfuerzo adicional en todos los niveles: personal, social y económico, para proteger verdaderamente a las víctimas y sus hijos, que a menudo quedan relegados”, añade Maíquez Cascant.

En relación con el papel de los medios, la psicóloga subraya la necesidad de abordar los hechos como son, recordando que aunque estamos avanzando en algunos aspectos, el ritmo es aún insuficiente en comparación con la gravedad de la situación actual.

“En lo que va del año, hemos tenido 32 asesinatos de mujeres y en menos de dos días se han registrado cinco casos, incluido el de un menor. Esto es inaceptable y debe ser denunciado, eliminando cualquier sensacionalismo en la cobertura” concluye la especialista.